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Navegar en la oscuridad: las primeras 48 horas tras el sismo

Sin lograr establecer comunicación alguna con el nivel central e, incluso, con las propias provincias hasta entrada la mañana, las autoridades regionales no pudieron dimensionar el nivel de destrucción provocado por el terremoto y posterior tsunami. La incomunicación contribuyó a tomar decisiones erróneas y entregar información que costó cientos de vidas.

Por: Marcelo Castro 23 de Febrero 2020
Fotografía: Diario Concepción

Todo ha quedado en silencio

Tras el terremoto, no sólo Concepción y la Región del Bío Bío quedaron a oscuras, sino que también quienes lideraban la zona y el país.

Alrededor de las 04:00 de la madrugada las autoridades comenzaron a apersonarse en sus respectivas instituciones y apreciaron el descalabro que dejó el movimiento telúrico en la ciudad.

La única forma de comunicación en ese minuto fue Radio Bío Bío, puesto que telefonía estaba total y absolutamente caída, incluyendo, las líneas que manejaban las autoridades.

Concepción estaba en silencio sepulcral y aislado de lo que ocurría en el resto del país, era el minuto de preocuparse de las emergencias que azotaban a la comuna.

A las 06:00 horas, el entonces intendente Jaime Tohá tuvo contacto con la presidenta Michelle Bachelet y recién ahí pudo dimensionar la magnitud de la tragedia que vivía el país. A esa hora, eso sí, Tohá aún desconocía lo que pasaba en el resto de las provincias y que un tsunami había azotado la costa del país.

La otrora autoridad reconoce que ese contacto fue mediante el celular de un funcionario, en donde hizo un reporte de lo ocurrido en la Región con los pocos antecedentes que manejaba y en esa misma llamada descartó la ocurrencia de un tsunami, ya que la Armada le había entregado esa información. “Cerca de mediodía, con la llegada vía aérea del subsecretario del Interior, pudimos tener una primera aproximación de la magnitud del evento”, explicó Tohá.

Las primeras comunicaciones en restablecerse fueron las satelitales y los puestos de mando se establecieron en el Comando de Operaciones Terrestres (COT) del Ejército y en la prefectura de Carabineros Concepción.

No hay teléfonos satelitales

Uno de los dispositivos que podría haber ayudado a las comunicaciones entre las autoridades locales y nacionales son los teléfonos satelitales.

La madrugada del 27 de febrero de 2010, estos dispositivos se encontraban guardados en las bodegas de la Avenida Beaucheff de Santiago, donde se encuentra la Oficina Nacional de Emergencia (Onemi).

Con el terremoto a cuestas y el tsunami azotando la costa de la zona centro sur del país, las comunicaciones se hicieron imposible y tener un diagnóstico también. Por lo anterior, este tipo de elementos se hicieron relevantes.

El intendente de la época, Jaime Tohá, reconoció que recién tres días después del sismo recibió un teléfono satelital, aunque de parte de su hijo Juan José, quien se desempeñaba como subgerente de comunicaciones en Corfo.

A diez años de lo ocurrido, los protocolos en la Onemi cambiaron y en la dirección regional existen siete de estos dispositivos, dos de ellos se encuentran fijos en esas dependencias, uno en poder del director regional Alejandro Sandoval, además, otro en manos del intendente Sergio Giacaman. En tanto, los seremis de Obras Públicas y Salud tienen uno que fue entregado por sus respectivas carteras. También tienen teléfonos satelitales el jefe del COT del Ejército, el jefe de la Segunda Zona Naval de la Armada y el Jefe de la Octava Zona de Carabineros.

Todos unidos y mejores protocolos

Tras el 27 de Febrero de 2010, la Onemi, el Shoa y el Servicio Sismológico de la Universidad de Chile vivieron una profunda reforma, no por nada sus principales directivos debieron enfrentar un proceso judicial.

Fue durante la primera administración de Sebastián Piñera en donde se hicieron modificaciones estructurales en la institucionalidad de los tres servicios antes mencionados, que incluyó mejoras en los protocolos de comunicación y detección de sismos y maremoto.

Un ejemplo de ellos es que, tras un movimiento telúrico, el Shoa a través del Servicio Nacional de Alerta de Maremoto (Snam), tiene cinco minutos para informar a la Onemi y a la comunidad de una alerta de maremoto que pueda afectar al país.

La información de la magnitud de un sismo a la Onemi puede ser entregada por ciudadanos que la entidad ya tiene establecidos, además, el encargado de turno del Centro de Alerta Temprana, al establecer una serie de requisitos, también puede decretar una evacuación o una alerta de tsunami.

Con respecto a los sistemas de comunicaciones, en la Onemi existen sistemas redundantes de comunicaciones, los que utilizan protocolos de telefonía satelital e IP, además de telefonía móvil de todas las compañías existentes en el país. Las radiocomunicaciones se encuentran respaldadas por distintas vías para así asegurar su entrega y no volver a quedar a oscuras, como en el 2010.

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