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La obesidad requiere un cambio radical para detener su avance

Profesionales exigen una política pública efectiva que permita bajar los altos índices de obesidad. Ejercicio y buena alimentación siguen siendo la fórmula para lograrlo.

Por: Ximena Valenzuela 19 de Enero 2020
Fotografía: Raphael Sierra P.

La población regional está sentada sobre una bomba de tiempo, el explosivo no es el TNT, sino la obesidad, que amenaza no sólo la autoestima y la calidad de vida de quienes la padecen, sino que también llevarlo a la muerte.

El 37% de los niños, menores de seis años de Bío Bío, según la Seremi de Salud, tiene mal nutrición por exceso, obesidad y sobrepeso, al igual que el 62% de las embarazadas.

Además, la Organización para la Cooperación y Desarrollo Económico (Ocde) reveló que Chile lidera la tasa de sobrepeso y obesidad en la región con 74%, mientras que Bío Bío alcanza un 78%, sólo por debajo del 80% de Magallanes y la Antártica.

Falta de ejercicio y de alimentación sana son parte del problema. El Observatorio de Elige Vivir Sano mostró que el 66,2% de los chilenos es sedentario y sólo el 15% consume frutas y verduras, en Bío Bío las cifras llegan a 69,4%, y 4,1%, respectivamente.

Por todo lo anterior, según especialistas, Chile necesita una política pública, que parta desde el embarazo, con buena nutrición para prevenir patologías metabólicas y que impulse el acondicionamiento físico.

Santiago Puentes, nutricionista de la Clínica Universitaria Concepción (CUC) aseguró que desde hace muchos años los índices de obesidad en nuestro país vienen en aumento. “Por ello, se debe invertir en educación y prevención desde temprana edad e inserto en la formación escolar”.

Para el profesional, las principales causas de la obesidad se deben a malos hábitos de alimentación, falta de actividad física y el entorno social, económico y cultural, entre otros. “Además del poco tiempo que los padres tienen para atender a sus hijos en la actualidad, lo que se ve reflejado en una mala alimentación y falta de actividad física”.

Recalcó que toda mujer debería contar con asesoría nutricional a lo largo de su embarazo para subir sólo lo esperado, previniendo enfermedades y permitiendo que el recién nacido sea de un peso y estatura dentro de rangos normales.

Manifestó que a la mayoría de las personas les ayuda tener una vida más activa, caminar, utilizar escaleras en vez de ascensor y preferir la bicicleta por sobre el automóvil. Pero recalcó que les será favorable reducir el gasto calórico para favorecer la baja de peso.

Sin embargo, a su juicio, cuando se unen variables socioeconómicas, laborales, hormonales y/o psicológicas entre otras, el pronóstico de mejora en un tiempo razonable empeora, y la cirugía bariátrica sí sería una opción.

Ejercicio en el colegio

Las personas con obesidad o sobrepeso creen que no pueden hacer deporte, pero pueden, aseguró Jorge Vásquez, kinesiólogo y profesor de Educación Física, que trabaja en el Centro de Obesidad de Concepción (Cobec). “Pueden haber restricciones osteomusculares que lo impidan, pero personas con hernias, artrosis y lesiones traumatológicas pueden hacerlo de igual modificando los ejercicios y con precauciones correspondientes”.

Por ello, el profesional aseguró que es un contrasentido la nueva disposición del Ministerio de Educación que propone, entre los ramos de libre elección, Educación Física, pues es prácticamente la única instancia que tienen los jóvenes de hacer ejercicio.

“Es un error grave seguir con políticas públicas parche para combatir una enfermedad multifactorial, se debe crear conciencia, basado en el conocimiento y dar la importancia que requiere la enfermedad. Sacar la Educación Física es sentenciar a un país o generaciones a la obesidad y sobrepeso”, dijo.

Políticas distintas

Carlos Saavedra, máster en Ciencias Aplicadas al Ejercicio de la Universidad de Laval en Canadá, afirmó que se debe crear una política pública que aborde la obesidad y el sobrepeso, pero distinta a lo que conocemos, pues, a su juicio, las que se han realizado no arrojan resultados positivos. “Llevamos cuatro años con etiquetado y sólo el 3% adhirió”.

Según el licenciado en Educación Física, Magíster en Ciencias y fisiólogo del ejercicio chileno, se debe modificar la concepción biológica de la obesidad, pues “el problema no está en las calorías ni las grasas, sino en la actividad del organelo mitocondria que sólo se activa con el ejercicio”.

En cuanto a la modificación curricular que permitiría a los alumnos no hacer educación física, aseveró que si bien, de buenas a primeras podría ser perjudicial, la verdad es que los educadores físicos no tienen una malla actualizada “no hay como defender a la educación física, no hay colegios que hayan demostrado que más educación física tienen menos obesidad”.

La fórmula correcta, según el especialista, implica lograr que la persona no tenga enfermedades metabólicas e impartir acondicionamiento físico a los estudiantes, pues al mejorar la condición física, aumenta la capacidad de consumo de oxígeno, “que es la función mitocondrial, que permite consumir lípidos en el día, porque la raíz del problema es a nivel celular”.

Calificó como incorrecto la medición del Índice de Masa Corporal, pues mide la relación talla – peso, pero no grasa “el problema no es ser obeso, es tener grasa, pero no en el tejido subcutáneo, sino dentro del hígado, páncreas, músculo cardiaco y esquelético. Esa es la grasa que hace mal. Por eso, los flacos sedentarios tienen las mismas enfermedades que los gordos”.

Algunos países, según dijo, están aceptando la obesidad, pero en organismos sanos, “una población gorda, pero sana, pero eso en Chile no es negocio para industria farmacéutica y alimentaria. Las cuatro comidas diarias es un invento de la industria farmacéutica que se lo han enseñado a todos los nutricionistas, nos tienen comiendo cada 3 o 4 horas, siendo que nuestro genoma aún tiene una huella paleolítica en que el hombre comía cuando encontraba”.

Lo anterior, según dijo, fue corroborado en cinco congresos a los que asistió en 2019 en Europa. “Se maneja a nivel científico, pero no sale a las clínicas, ni en las publicaciones o en revistas científicas porque la industria farmacéutica no los deja las compró”. Sostuvo además que se debe abandonar los tratamientos para adelgazar con fármacos, pues tienen efecto rebote y conllevan un problema psicosocial, incluidos, traumas infantiles, asociado a angustia y ansiedad, que son problemas que debe solucionar un psiquiatra.

Indicó que la cartera de Educación debe trabajar en conjunto con la de Salud. “En el colegio debería haber un ramo de nutrición y ejercicio tal como en Finlandia y Suezia, donde un niño de cuarto año sabe todos los conceptos biológicos porque tiene el ramo”.

Agregó que no es necesario esperar décadas por cambios positivos, “sí Chile hace las cosas bien, se puede. Nosotros en seis meses logramos tener pacientes sanos, primero se evalúa su condición física y luego se determina cómo será. El conocimiento de ejercicio físico, permite dosificarlo para una osteoporosis, hipertensión, cáncer, hiperglicemia o insulino resistencia, pero para eso hay que tener estudios, nadie lo estudia, salvo la comunidad científica”.

Específicos

Jorge Vásquez del Cobec aseguró que para determinar qué actividad física debe realizar un paciente con obesidad o sobrepeso, se requiere una evaluación multidisciplinaria que determine su estado de salud y qué provoca la subida de peso.

Para muchos la solución puede ser la cirugía bariátrica o el balón intragástrico, pero igualmente es posible bajar de peso con ejercicios específicos para patologías metabólicas como: diabetes, hipertensión, hígado graso, y triglicéridos altos, entre otros.

La evaluación que realiza Vásquez incluye indicadores de composición corporal como: porcentaje de tejido muscular, grasa y agua, entre otros, con el escáner Inbody 570 “que funciona con bioempedancia eléctrica, que mide a través de esa frecuencia, 50 parámetros de importancia clínica como el Índice de Masa Corporal (IMC), relación de cintura cadera, grasa visceral, que determinan riesgo metabólico y cardiovascular”.

Además, en Cobec tiene dos máquinas como son la calorimetría y la ergoespirometría, que miden la cantidad de energía que se quema el cuerpo a diario en estado de reposo y, cuánto quema el cuerpo, en qué minuto y frecuencia, que permiten, según los parámetros arrojados saber cuáles son los ejercicios especiales que requiere como paciente metabólico. “Pueden ir un año a un gimnasio de cadena, pero no bajar nada, porque necesitan una indicación especial”.

El programa físico, que tiene un costo de $150.000 por 10 sesiones reembolsables en isapres y seguros, tiene entre 70 y 80% de éxito, dependiendo de la adherencia del paciente.

Para Vásquez, independiente de los tratamientos, lo importante es educar a la población desde el embarazo y todo el ciclo vital, que sepan las consecuencias de la obesidad y cuál es su metabolismo basal. El problema, según dijo, debe ser abordado de raíz, con diversos especialistas, pues se trata de una enfermedad multifactorial.

Nuevo centro

En marzo la Clínica Universitaria Concepción (CUC) abrirá un Centro de Medicina Deportiva, que busca potenciar el rol preventivo y terapéutico de la actividad física en la salud.

Carlos Zapata, kinesiólogo y magíster en actividad física y salud, que está a cargo del programa, aseguró que, a través de una evaluación multidisciplinaria, establecerán qué intervención es la ideal para cada persona, independiente que realice habitualmente actividad física o que requiera hacerlo.

El centro, que funcionará en el área de rehabilitación, contará con una atención personalizada y trabajará las áreas de: reintegro deportivo, prehabilitación, rehabilitación metabólica y además de la rehabilitación para deportistas de alto rendimiento.

Agregó que buscan educar, incentivar y acompañar a los pacientes en cambios conductuales que se mantengan en el tiempo. El programa tendrá cobertura, tanto de Isapre como de Fonasa.

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