Ciencia y Sociedad

Fin de emergencia sanitaria global: ¿acabó la pandemia de Covid-19?

Este viernes la OMS anunció que ya no la ubica en el máximo nivel de alerta, donde estuvo más de tres años, y ya es “una enfermedad infecciosa más”, dijo la epidemióloga Martiza Muñoz. Pero, relevó que no ha desaparecido ni sus riesgos que son vitales de no olvidar.

Por: Natalia Quiero 08 de Mayo 2023
Fotografía: Isidoro Valenzuela

Con gran esperanza declaro que la Covid-19 ya no es una emergencia sanitaria global”, manifestó este viernes 5 de mayo Tedros Adhanom, director general de la Organización Mundial de la Salud (OMS).

Así, anunció el fin de una situación que perduró más de tres años desde que ubicó en su estado más alto de alerta a la enfermedad causada por un coronavirus desconocido hasta 2019. Ese año se detectó el primer caso en la ciudad china de Wuhan, donde se dio el primer brote de Sars-CoV-2, patógeno que en semanas se expandió por todos los continentes e infectó al mundo.

Declaración asumida con esperanza en la sociedad, aunque ha llevado a pensar que la Covid-19 ya no es un problema. Grave error. El fin de la alerta sanitaria global no es el de la pandemia y esa sigue siendo la categoría de la Covid-19. De hecho, es una de las peores de la historia con más de 20 millones de víctimas fatales, según el último cálculo que la OMS difundió el viernes, y seguirá aumentando.

Justamente, la autoridad de la OMS enfatizó que el anuncio “no significa que la Covid deje de ser una amenaza global a la salud” y advirtió que “la semana pasada, la Covid-19 causó una muerte cada tres minutos. Y eso son sólo las que han sido registradas, mientras miles siguen luchando por sus vidas en unidades de cuidados intensivos y millones siguen viviendo con los efectos debilitadores del postcovid”.

¿Qué significa el anuncio? ¿Cuál es la situación actual? ¿Cómo mantener a raya la alerta? Son preguntas vitales de responder y por eso las aborda la doctora Maritza Muñoz, epidemióloga del Departamento de Salud Pública e integrante del equipo Prosalud de la Facultad de Medicina de la Universidad Católica de la Santísima Concepción (Ucsc).

Situación actual

La académica explicó que “el fin de la emergencia sanitaria significa que ya no es necesario solicitar recursos económicos adicionales para luchar contra la enfermedad” y que el cambio en el nivel de alerta se debe a que “la inmunidad (en la población) que se ha recibido, a través de la vacunación y por ciertas variantes que han permitido que sea natural, están haciendo un efecto y la curva de muertes ha sido marcadamente descendente”.

“Ahora la Covid-19 pasó a convertirse en una enfermedad infecciosa más”, afirmó. Es decir, sigue presente, si bien no es tan mortal como fue al principio y por los largos meses en que obligó al mundo a someterse a confinamientos y estrictas medidas restrictivas en la movilidad y vida social, como mantener distancia física y usar mascarilla de forma obligatoria.

Y por eso la doctora Muñoz enfatizó que “es baja la probabilidad de que una persona que se contagie de Covid llegue a hacer un cuadro de gravedad, ingresar a UTI y fallecer, pero igual como ha sido en los últimos meses. O sea, esa probabilidad sigue presente”.

Porque hay personas con factores de riesgo y sistemas inmunes más débiles, que le hacen más vulnerables a sufrir complicaciones por Covid-19, igual con enfermedades. En este grupo están quienes padecen patologías respiratorias de base como asma y EPOC, cánceres o enfermedades crónicas no transmisibles como obesidad, diabetes e hipertensión. Por lo mismo, todavía hay quienes están y estarán lábiles a desarrollar cuadros de gravedad por la pandémica enfermedad. Tal como pasa con la influenza, que para la población general no es de mayor preocupación, pero que tiene una de riesgo y cada año hay personas que caen al hospital y algunas víctimas fatales.

Cambios esperables

Con el contexto claro, la epidemióloga aclaró que el cambio del nivel de alerta implica -o debería- que se materialicen modificaciones en las estrategias de cada país, pues la OMS orienta las decisiones en materia de salud pública en gran parte de las naciones.

Chile no es excepción. Entonces, dijo que esperable es que la autoridad sanitaria actualice los protocolos relacionados con la Covid-19, sin olvidar que existe y su potencial de ser grave en ciertos casos.

Una modificación que, opinó, podría relacionarse con nuevas y/o más flexibles medidas a partir del diagnóstico de un caso positivo y definir si continúan las cuarentenas (cada vez más acotadas), si será un reposo en casa simple cuando hay mucho malestar o síntoma y si quienes no tengan mayores dolencias o son asintomáticos pueden asistir a su trabajo o clases, como sucede en cuadros como resfrío común.

Autocuidado y responsabilidad como aprendizajes vitales de la pandemia

El fin de la alerta sanitaria global marca el fin de una época crítica por sus impactos en la salud pública, socioeconómicos y psicológicos, generando situaciones que para muchos es mejor olvidar. Pero, también fueron años con oportunidades de aprendizaje que no deben dejarse atrás para cuidar la salud individual y colectiva, y evitar retroceder en los avances que permiten bajar la alerta, planteó la doctora Maritza Muñoz.

No sólo porque la Covid-19 no se fue: hay muchas acciones que permiten contener contagios de esta y varias otras enfermedades infecciosas por vía aérea (gotas respiratorias o fluidos que ingresan por mucosas) como resfrío común, influenza o rotavirus. Afecciones presentes todo el año y más en otoño-invierno, cuando aumentan casos y la consulta llena centros de atención. Contagios y colapsos que se pueden y deben seguir evitando.

Manos limpias

Algo esencial que, si no era parte de los hábitos, se debe haber integrado tras años conviviendo con la Covid-19 y su emergencia que relevó es el lavado e higiene de manos. Una acción de rol tan importante que se releva cada 5 de mayo con un día mundial.

Es sencilla, asequible y costo-efectiva como medida de salud pública para prevenir enfermedades infecciosas, porque las manos son vectores de patógenos que se eliminan al lavarlas, aclaró. Estas manipulan y tocan superficies o elementos potencialmente contaminados por gotas u otras sustancias, y también constantemente tocan el cuerpo y mucosas por las que ingresan o se transmiten estos agentes nocivos que pueden infectar y causar afecciones.

Para evitar ese riesgo se deben mantener algo tan simple como las manos limpias. Para ello, la especialista explicó que el lavado de manos debe ser frecuente en el día, cada vez que sea necesario como tras tocar una superficie, antes y después de manipular alimentos o ir al baño, o al llegar a casa o algún sitio desde el exterior. Además, detalló que “debe ser con agua y jabón, y por lo menos durante 20 segundos”. Si no hay acceso a jabón, puede ser un lavado profuso con agua.

Si no hay acceso al recurso, aconsejó usar un producto como alcohol gel (70%) para desinfectar, aunque la acción no se debe repetir muchas veces seguidas y hay que lavar manos apenas se tenga acceso a agua.

Cuidar a otros

Otras acciones que deben hacerse de modo consciente/inconsciente tiene que ver con prevenir que gotas respiratorias contaminadas pongan en riesgo a otros.

Al estornudar o toser hay que taparse nariz y boca con el antebrazo, para evitar que las gotas respiratorias se expulsen ni queden en las manos.

Además, Muñoz planteó que quienes cursan con un cuadro de infección respiratoria que no es complejo (como un resfrío) y no interfiere en la vida normal, para seguir con actividades diarias como asistir a la oficina o clases deben tener acceso a pañuelos desechables y basureros e idealmente botarles en una bolsa. Luego de desechar el elemento hay que lavar las manos. Su recomendación aplica para “cualquier enfermedad respiratoria o de tipo viral cuya vía de ingreso sea el aéreo, como resfrío común, gripe, rotavirus o Covid”, precisó.

El mismo resguardo que se debe tener tras desechar y antes de poner una mascarilla que, si bien no son obligatorias a excepción de los centros de atención en salud, catalogó “de utilidad y muy buena medida”, para cuidar la salud y especialmente prevenir contagiar a otros cuando se cursa un cuadro infeccioso. En efecto, sostuvo que lo mejor es que siempre se usen al tener alguna molestia respiratoria, sea por Covid u otro motivo, y compartir con otras personas. “Es una medida que usan muchos países desde antes que tuviésemos la emergencia por Covid y sería ideal que la mantengamos, sobre todo porque es una acción de preocuparse del otro y no enfermarlo”, afirmó.

Las vacunas salvan

Rol destacado tienen las vacunas y la Semana Mundial de la Inmunización celebra, cada año a fines de abril, su alto impacto como una de las medidas más costo-efectivas para cuidar la salud pública, combatir enfermedades infecciosas y salvar miles de millones de vidas desde su creación hace más de dos siglos.

“Las vacunaciones no pueden ser obligatorias, pero son relevantes”, sostuvo la doctora Muñoz para referirse al beneficio de estas para proteger de Covid, influenza y otras enfermedades que, por ejemplo, se cubren dentro del Plan Nacional de Inmunizaciones que beneficia a la infancia. Y hablando en general sobre estas, pero sobre todo por resquemores por las de Covid dado su rápido desarrollo y administración, relevó que “todos deberíamos vacunarnos, porque las vacunas no nos van a generar ningún daño: no están en fase experimental, sino una 3 de ensayos clínicos”.

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