Ciencia y Sociedad

Salud renal: silencio en la función vital y el riesgo letal

La nefropatía crónica es la enfermedad que más preocupa por su alza e impacto; muchos llegan tarde al diagnóstico debido a que los riñones tienen alta capacidad de funcionamiento que impide que se manifiesten síntomas por largo tiempo.

Por: Natalia Quiero 09 de Marzo 2023
Fotografía: Contexto

Una función silenciosa, pero tan importante que es vital. Son los riñones, dos órganos que se ubican tras el estómago e hígado y cuyo papel se busca concientizar el Día Mundial del Riñón el segundo jueves de marzo para promover su cuidado y prevenir o retrasar patologías que pueden ser letales.

“La que más preocupa es la enfermedad renal crónica, porque es la que más afecta y produce morbimortalidad: personas se enferman, hospitalizan y mueren mucho más jóvenes que sin tener la patología”, advirtió el nefrólogo Carlos Zúñiga, jefe de la Unidad de Cuidado Renal Avanzado (UCRA) del Hospital Las Higueras de Talcahuano e impulsor y presidente de la Fundación Salud Renal Integral (Fusar).

Es que existen otras afecciones graves como la insuficiencia renal aguda o el cáncer renal u otras dolorosas como los cálculos, reconoció el académico de Medicina en las universidades de Concepción y Católica de la Santísima Concepción, pero también que son menos frecuentes o complejas que esa nefropatía crónica que conlleva un daño orgánico que llega a ser invalidante con tremendo impacto sobre la calidad de vida de las personas y la salud pública.

La patología tiene cinco etapas y cuando una persona llega a las dos finales implica que sus riñones no pueden funcionar para cumplir sus funciones y debería acceder a tratamientos permanentes como la diálisis para la sustitución renal (hay dos tipos) y en último lugar al trasplante renal.

Silencio vital y letal

Lo más crítico es que son muchos quienes llegan a esas fases: datos de la Sociedad Chilena de Nefrología estima que más de 25 mil personas están en diálisis hoy. Y en gran parte de los casos se debe a que el diagnóstico se hace tarde porque y el daño funcional es irreparable.

Para abordar lo anterior, Zúñiga contó que una función básica de los riñones es depurar la sangre de las toxicidades que ingresan o se metabolizan, que se deben eliminar y la vía de desecho líquido es la orina que estos producen.

Por lo mismo, el riñón regula de la cantidad de agua en el organismo, porque se necesita cierta cantidad para que se desarrollen adecuadamente diversos procesos. “El riñón también regula la presión arterial y produce la hormona eritropoyetina, sin la cual no es posible tener glóbulos rojos”, relevó.

Dichas las funciones se evidencia qué puede presentar alguien cuyos riñones funcionan mal. “Primero están los signos de intoxicación. Además, puede haber retención de líquidos y formación de edema en distintos lugares del cuerpo. También puede generarse presión alta o hipertensión arterial y anemia”, advirtió el especialista. Dolor en la espalda y problemas a nivel de micción, como molestias o dificultades, también se presentan en ciertas condiciones.

Muchas posibles señales de alerta. El problema es que, si bien hay casos de manifestación fulminante del síntoma como en cálculos o insuficiencia aguda, aseguró que en la nefropatía crónica los avances suelen ser letalmente silenciosos como la vital función. También se suele dar en el cáncer.

Al respecto, el doctor Zúñiga resaltó que “el riñón tiene mucha capacidad, entonces se puede echar a perder y no se va a manifestar de inmediato”. “La función renal va a estar aparentemente normal, pero puede irse decayendo y la persona se va adaptando sin tener algún síntoma. Incluso, puede estar la enfermedad avanzada y no tener síntomas significativos”, afirmó.

El mejor ejemplo de la capacidad es que se puede vivir con un riñón. “Hay quienes nacen con un riñón y lo detectan sólo por un examen al que se sometieron por otra situación, porque funcionan perfectamente”, contó. Y agregó que el trasplante renal se puede practicar desde un donante vivo, alguien a quien se le extrae un riñón sano para salvar la vida a quien padece insuficiencia renal.

Chequeo

La oportunidad de llegar a tiempo es que quienes están en riesgo tengan un chequeo anual.

En la población de riesgo el nefrólogo mencionó a personas nacidas prematuras o con bajo peso, antecedente familiar de la enfermedad, quienes han padecido cálculos renales o con diagnóstico de diabetes, hipertensión y obesidad, además de mayores de 55-60 años.

Lo relevante para considerar la responsabilidad en una pesquisa de rol vital es que aseveró que “el chequeo a la función renal es simple y de fácil acceso, consiste en una prueba de sangre y también de orina que se hace en todos los consultorios de Chile, además en el sistema privado”. La toma de presión arterial es otra sencilla y asequible evaluación que importa.

 

“Si no se hace promoción y prevención desde pequeños vamos a tener consecuencias muy complicadas”

En el escenario de la enfermedad renal crónica, la más potente alarma está en el futuro, porque el doctor Carlos Zúñiga relevó que los casos siguen clara tendencia al alza e investigaciones recientes proyectan la consecuencia de que la población de personas en diálisis se triplique para las próximas dos décadas.

Y la diálisis es la intervención que implica el mayor gasto en salud para Chile, con 22% del presupuesto, además del impacto en la calidad de vida de pacientes y entorno.
Es un problema de salud pública muy complejo”, manifestó, “por tanto hay que hacer intervenciones ahora”.

Sociedad actual

Datos de organismos nacionales e internacionales dicen que sobre 10% de la población presenta esta nefropatía. Peor es que “los factores que predisponen están más vigentes en la sociedad actual y es mayor el riesgo de que se desarrolle la enfermedad renal crónica”, sostuvo.

Es que el aumento de su incidencia y prevalencia radican en cambios sociales, epidemiológicos y demográficos que han ocurrido las últimas décadas.

El envejecimiento es uno de los factores de riesgo, debido al deterioro orgánico natural que se produce con el paso (y peso) del tiempo, en este caso a los riñones. Así, Zúñiga atribuyó el fenómeno al aumento de la esperanza de vida en Chile, que se ha triplicado desde 1900 y llega a un promedio de 84 años, crece cada vez más la población de personas mayores de 65 años.

No es lo único, ni lo que más alerta. El especialista advirtió que hay clara relación entre el riesgo de enfermedad renal crónica y la gran epidemia del siglo XXI: las enfermedades crónicas no transmisibles.

La última Encuesta Nacional de Salud 2016-17 mostró que sobre 12% de las personas adultas padece diabetes, cerca de 28% hipertensión y más del 74% sobrepeso u obesidad. Son todas condiciones relacionadas y aumentan en incidencia y a edades cada vez más jóvenes, con un correlato en la nefropatía crónica.

Por ende, si bien hay factores de riesgo que no se pueden evitar, Carlos Zúñiga relevó el lamentable papel que están jugando los modificables, los estilos de vida que se relacionan con el las enfermedades crónicas no transmisibles, como es alimentación malsana con exceso de comida chatarra y nutrientes críticos como grasas, azúcar y sodio (de efecto nocivo particular para los riñones e hipertensión arterial) e inactividad física.

Mirar a la infancia

Están a la vista las acciones para cuidar la salud renal, sencillas en teoría y complejas en la práctica, por los hábitos que prevalecen en los tiempos contemporáneos, que muchas veces impiden llevar estilos saludables, la clave para evitar o retrasar un variopinto de patologías y tener un envejecimiento sano.

Un contexto que para el especialista obliga a aumentar los esfuerzos para promover la salud, educar y prevenir o controlar obesidad, diabetes e hipertensión y así la grave enfermedad renal crónica o las cardiovasculares.

Hay que abarcar a toda la población, pero el énfasis debe mirar la infancia y juventudes, para que crezcan con hábitos saludables y realmente se puedan prevenir las patologías. “Si en la sociedad no se hace intervención de promoción y prevención desde pequeños, vamos a tener consecuencias muy complicadas”, aseguró Zúñiga.

La mejor alternativa

Eso sí, no se puede ignorar la actualidad y proyecciones; también es vital contar con un sistema sanitario capaz de atender la demanda que supone la enfermedad renal crónica y dar la mejor solución.

Carlos Zúñiga expuso que la cobertura pública en Chile para la enfermedad renal crónica da tres alternativas, los dos tipos de diálisis y el trasplante. Excepto en la UCRA del Hospital Las Higueras, donde ofrecen una cuarta opción y la buscan brindar con Fusar, formalizada hace menos de un año: el tratamiento conservador no dialítico.

Es una opción que se ofrece para personas mayores y ciertas condiciones, cuando la diálisis o trasplante no son una buena opción porque no van a mejorar ni expectativa ni calidad de vida”, dijo el nefrólogo. Eso sucede, hay quienes llegan a estas terapias complejas y no viven ni mejor ni más.

Bajo ese hecho y para celebrar avances en el mejor abordaje de esta enfermedad que se dan en Chile, impulsados desde la acción local, adelantó que “la buena noticia que podemos contar es que este año el Ministerio de Salud va a establecer la creación de cuatro UCRAS iguales e inspiradas en el trabajo de Las Higueras”.

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