Ciencia y Sociedad

“Lo que pasa en Chile siempre tiene una petición en Change.org”

Emilia Segura, vocera de la organización para el país, abordó la evolución e impacto que ha tenido la llegada de esta plataforma y el activismo digital a nivel nacional, en el marco de la celebración de los 10 años desde que comenzó su expansión global.

Por: Natalia Quiero 03 de Febrero 2023
Fotografía: Change.org

“No dejes que mueran por falta de servicio eléctrico. Ley para Electrodependientes”. Era 2017 y Karito González, desde Arauco, creó esa petición en Change.org. Con más de 28 mil firmas se volvió una de las más firmadas en la plataforma en Chile y en esos éxitos ciudadanos que han tenido en el activismo digital una vitrina e impulso para promover una transformación.

Ella es madre de Lucas Riquelme, quien falleció a sus 15 años en 2022 a causa del síndrome de West, grave enfermedad que lo hacía dependiente a la conexión a seis máquinas y a la electricidad como soporte vital. Y también la cara visible de una lucha cuya victoria es de beneficio público. Ella alzó la voz para manifestar su crítica realidad, que era la de muchas familias.

Un puente

Con su petición buscó visibilizar la necesidad de crear una ley que garantizara la energía gratuita para todo paciente electrodependiente, para quienes la energía eléctrica es vital y las cuentas del servicio millonarias e impagables.

Emilia Segura, coordinadora de campañas y vocera de Change.org en Chile, relevó que por eso la petición escaló. En junio de 2017, el Ministerio de Energía emitió un instructivo que impedía el corte de energía en hogares con pacientes electrodependientes. Poco después, junto a Change.org, González entregó firmas a la cartera. Posteriormente se consolidaron los primeros puntos para un proyecto de ley y se realizaron manifestaciones en apoyo a la propuesta que en mayo de 2022 entró en vigor como legislación, conocida como Ley Lucas Riquelme, que prohíbe el corte de energía a familias electrodependientes, entre otras imposiciones a las empresas que prestan el servicio.

Por el proceso y logros, sostuvo que esta petición, que impactó a Chile desde la Región del Biobío, es el ejemplo del trabajo que se hace como organización. Por eso se escogió como hito para celebrar en Chile a los 10 años desde que comenzó la expansión global de esta iniciativa digital que se creó en Estados Unidos en 2007 y llegó a operar en territorio nacional el 2014, para potenciar y evolucionar la forma en que la ciudadanía se manifiesta, que impulsa la transformación del mundo con un clic.

Change.org es una plataforma digital de participación ciudadana y permite que la voz de las personas llegue a las autoridades y sean escuchadas para generar un cambio en su vida, barrio, país e incluso en el mundo”, manifestó Segura. En este sentido, afirmó que “siempre decimos que somos el puente entre la ciudadanía y las autoridades”.

Dar soporte digital para publicar es sólo una parte. “Lo primero que hacemos es apoyar para amplificar la voz y que la petición llegue a la mayor cantidad de personas posibles y juntemos más voces, porque creemos que si más nos juntamos podemos hacer más presión ciudadana. También hacemos conexión entre quienes crean peticiones con las autoridades para que puedan presentar su propuesta”, aseguró.

Porque las peticiones pueden ser tan relevantes como crear una política pública o ley que solucione un problema invisibilizado y afecta a miles; como la electrodependencia, necesidad nacional que se levantó desde Arauco. Y también pueden relacionarse con tendencias e intereses populares.

Al respecto, Segura destacó que “la Región del Biobío es súper participativa. En Concepción más de 20 mil personas firman, comparten y crean peticiones”. Y precisó que “se han creado más de 500 peticiones en Concepción”. Como dato curioso del activismo digital local contó que “últimamente, hemos visto que las principales peticiones de kpop, si bien son nacionales, son de usuarios de Concepción”.

Temas que marcan

Es que en Change.org hay espacio para todos, pero ciertos temas marcan la pauta.

En Chile siempre se han movilizado muchas peticiones medioambientales y animalistas. Tras el estallido social del 18 de octubre de 2019 se comenzaron a crear peticiones más políticas o para solicitar derechos sociales. Y con la pandemia de Covid-19 en 2020 hubo un boom y el activismo digital fue más potente, para empezar a crearse muchas más peticiones relacionadas con salud como cuarentenas, postnatal de emergencia o acceso a vacunas, entre otros temas relevantes”, relató Emilia Segura.

Y aseveró que “se siguen movilizando muchas peticiones de distinto tipo”, con marcada presencia de temas de índole política, social y de salud pública. Porque “lo que pasa en Chile siempre tiene una petición en Change.org”, relevó.

Así, la plataforma refleja la realidad nacional, donde la Ley Lucas Riquelme o la llegada de la cultura pop y la evolución de los temas protagonistas de las peticiones no son más que la muestra de las necesidades e intereses de los habitantes del país.

“El activismo digital llegó para quedarse”

La evolución de los temas que han ido marcando la pauta en Change.org se condice con la evolución en el uso, alcance e impacto de la plataforma para Chile.

A la fecha, en el país más de 12 millones de personas han firmado una petición al menos una vez y la cantidad de usuarios activos aumentó en más de 2 millones desde 2019 a la fecha, cuando hay una comunidad que supera los 4.5 millones. Desde noviembre de 2019 a fines de 2022 se crearon más de 21 mil peticiones y el año pasado también se realizaron más de 30 entregas de firmas a autoridades y en relación con un variopinto de iniciativas.

La sociedad que participa

Hay una clara relación con los problemas sociales y cambios exigidos por la ciudadanía que comenzaron a relevarse desde el 18-O en las calles chilenas y se manifestaron en ese mundo digital que con la aparición de la Covid-19 se volvió el espacio en el que se desarrolló casi todo tipo de actividad habitual. Situación que se mantuvo por dos años y que, pese al retorno a la conocida como “vida normal”, impulsó la revolución digital en todo ámbito e impactó en transformaciones permanentes en el desenvolvimiento a nivel laboral, académico y personal. Y también en el activismo.

Creo que la sociedad chilena está cada vez más abierta a participar y exige también ser escuchada. La plataforma y el poder ser parte de forma digital con las causas sociales es súper potente hoy. El activismo digital llegó para quedarse”, aseveró Emilia Segura.

Es que es una acción que no tiene límites de tiempo ni espacio; una manifestación o exigencia fácilmente puede publicarse, replicarse y masificarse al permitir llegar con los mensajes e ideas desde y hacia distintos rincones y personas que pueden sumarse como activistas si empatizan, sin importar qué tan lejos del problema estén.

Y como la plataforma refleja lo que está sucediendo en el país, las peticiones y el alcance social que tengan estas en cuanto a cantidad de firmas y nivel de viralización es un termómetro y valioso insumo para presentar a actores competentes de tomar decisiones y que estos acojan las solicitudes y las consideren para realmente materializarlo en una acción concreta como puede ser una política pública o ley.

“Lo más importante es que las peticiones sean escuchadas por las autoridades y estamos teniendo muchas reuniones con estas. En Chile están escuchando cada vez más a la ciudadanía, las personas que crean peticiones en la plataforma pueden entregarle sus firmas y presentarles propuestas”, afirmó Emilia Segura.

Lo anterior también tiene que ver con el reto que tienen en Change.org como organización para seguirse proyectando en Chile con su quehacer e impacto: “dar mayor visibilidad a las peticiones”, manifestó Emilia Segura.

En esta materia, además del nexo con las autoridades locales o nacionales, han buscado otras alianzas y aprovecharon la oportunidad de hacer las sinergias en el poder y alcance de la acción digital desde las redes sociales. Así, contó que otra tarea en que se han enfocado últimamente es “el trabajo con influencers que nos ayudan a amplificar la voz de quienes crean peticiones en la plataforma y también llegar a otras audiencias”.

Operación de Change.org

Por el impacto que ha tenido lo que se moviliza desde Change.org, basado en la evolución e importancia cada vez mayor del activismo digital como medio de expresión, es importante saber cómo opera la plataforma en términos de seguridad de la información. En esta materia puede haber tanto riesgos como reticencias a firmar, compartir o considerar las peticiones.

En Change.org existen distintos usuarios: quienes crean peticiones, quienes firman y también quienes la comparten en otros espacios para que más puedan firmarla.

Cuando la solución o cambio propuesto llega, o si existen avances al respecto, el usuario creador puede definir su petición como victoriosa.

Y la vocera Emilia Segura recalcó que las peticiones se publican y apoyan sólo cuando cumplen una serie de normas básicas que aseguren su veracidad y ética.

Ahí un aspecto trascendente para quienes quieran usar Change.org como también para personas que no la conocen o han evitado interactuar con las peticiones por no tener pruebas sobre lo confiable que sea, con mayor razón en un espacio digital en que no hay límites para publicar y masificar contenidos, inconsciente o mal intencionadamente, con mucha información que puede ser errónea o fake news (noticias falsas) y hasta peligrosa.

Al respecto, afirmó que “nos preocupamos de dar seguridad a nuestros usuarios”.

Tenemos un sistema de doble verificación de datos que nos ayuda a verificar que los usuarios sean reales y no hayan bots. Eso es súper importante para la creación de una petición y la viabilidad de la firma”, aclaró. “Además, tenemos una política de protección de datos y revisamos todas las peticiones (antes de que estas se masifiquen) para que no sean fake news, para que no hayan discursos de odio ni bullying y para que no se compartan datos personales de otras personas”, cerró.

 

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