Ciencia y Sociedad

Centro de Biotecnología UdeC: 20 años de ciencia con impacto al progreso regional

Fortalecer las capacidades científicas y tecnológicas de la región para contribuir a áreas estratégicas del sector productivo, con visión de futuro y nivel internacional, fue el objetivo fundacional del CB y se logra cada vez más ambiciosamente.

Por: Natalia Quiero 10 de Diciembre 2022
Fotografía: Carolina Echagüe

Había que impulsar el avance biotecnológico como motor de progreso de la Región del Biobío, proyectada hacia el país y el futuro, y de nivel internacional. Con ese propósito se materializó en 2002 la convicción compartida por un grupo de autoridades y expertos locales.

Sí fueron visionarios y certeros.

Un diciembre de hace 20 años se ratificó la construcción de un edificio, que avanzaba mientras el trabajo se implementaba con un programa, hasta que se inauguró lo que perdura como un consolidado Centro de Biotecnología (CB) en la Universidad de Concepción (UdeC), que mira al campus penquista desde el cerro que le rodea.

Es que la casa de estudios dio vida a la iniciativa junto al Gobierno Regional del Biobío de la época, que integraba la que hoy es Región de Ñuble, y se enfocó en aportar a la Estrategia de Desarrollo Regional 2000-2006. Pero, con visión de propiciar un impacto que trascendiera a los años y territorio desde el fortalecimiento de las capacidades científicas y tecnológicas.

Dos décadas de trayectoria, de investigación y desarrollo (I+D) que se analizan y permiten celebrar varios hitos que posicionan y proyectan al Centro y cada vez con más fuerza, porque la biotecnología juega un rol crucial para avanzar en este planeta en crisis ambientales y superar retos en pos del desarrollo sostenible, porque su abordaje materializa la sustentabilidad, sostuvo la doctora Rosario Castillo, directora del CB desde 2020 e investigadora desde el inicio del proyecto.

Líneas estratégicas

Castillo, también académica de la Facultad de Farmacia, relató que la creación del CB se propuso con la meta de potenciar las capacidades de ciencia y tecnología en la región, desde el avance en biotecnología, con pertinencia al sector productivo, para su fortalecimiento y con mirada de presente y futuro.

Por las cualidades locales se planteó “hacer biotecnología con impacto a los sectores forestales, acuícola y ambiental”.

Son las tres grandes líneas con las que el CB partió y siguen como focos prioritarios. El ahínco es avanzar en I+D en biotecnología para dar soluciones a estos rubros y formar capital humano avanzado en el área. Y por la naturaleza de su origen, quehacer e impacto, la directora enfatizó que el CB siempre orienta su trabajo hacia colaborar y contribuir con el mundo científico, público y privado.

 

Carolina Echagüe

Dos décadas, tres hitos

No es fácil resumir 20 años de trayectoria, con numerosos trabajos y decenas de generaciones de investigadores que han desarrollado sus proyectos y competencias; menos si han existido 4 periodos de liderazgos con objetivos estratégicos acorde a la madurez del Centro.

Pero, Rosario Castillo contó que en este significativo aniversario decidieron relevar la implementación de tres grandes proyectos, que crean una fuerte base para desafiarse y proyectarse al mañana.

Porque, aseguró, estos originaron y/o facilitaron otros logros como aumentar la infraestructura, fortalecer la formación de capital humano o nuevos estudios en el CB.

El primero que destacó es el consorcio tecnológico genómica forestal. Este apuntó a afrontar problemas forestales atingentes a la zona, como la resistencia al frío de la madera para mejorarla, con importantes resultados y promoviendo el surgimiento de varios trabajos.

El consorcio tecnológico Bioenercel es otro y “obedeció a una política nacional para producir biocombustible de segunda generación, en particular bioetanol a partir de biomasa como fuente alternativa a la dependencia del petróleo”, explicó. “El consorcio dio a la UdeC una capacidad de infraestructura muy alta en términos de visión a futuro para usar biocombustibles de segunda generación”, afirmó.

Y el tercero es el Convenio de Bioeconomía, que se dio desde un proyecto UCO adjudicado junto a la Vicerrectoría de Investigación y Desarrollo, y la Unidad de Desarrollo Tecnológico de la UdeC.

Rosario Castillo sostuvo que “es un hito importante, porque sentó las bases para introducir el concepto de bioeconomía y generar un cambio de mentalidad en la comunidad científica y no científica”, manifestando que “dio pie a formar capital humano avanzado y dirigir los proyectos hacia una cultura de la bioeconomía a nivel regional y nacional. Y, en nuestro caso, de ver que la bioeconomía no venía sólo de recursos forestales y se amplió a recursos algales y otras fuentes”.

 

Carolina Echagüe

“No basta con hacer ciencia, hay que difundirla y hacerla parte de la rutina”

Avanzar en I+D de vanguardia en biotecnología, con impacto público e industrial, es la misión del equipo humano que llega al CB UdeC. Para ello, su directora Rosario Castillo destacó que son clave los paradigmas de trabajo colaborativo, intersectorial e interdisciplinario.

Así, precisó, tiene un plantel de 24 investigadores, todos con doctorado y que pertenecen a las facultades de Ciencias Forestales, Ciencias Biológicas, Ciencias Químicas, Farmacia, Ciencias Naturales y Oceanográficas, y Agronomía de la UdeC. Además, resaltó que “recibimos alumnos de pre y postgrado, y formamos postdoctorantes”. Por ende, normalmente hay más de 100 personas trabajando.

Los equipos multidisciplinarios forman 7 grupos de investigación que trabajan colaborativamente entre ellos y otras unidades de la UdeC e instituciones. Esa es la idea del centro, que sea un polo de biotecnología y no esté encerrado en la academia, sino que trabaje colaborativamente con otras instituciones públicas y privadas”, manifestó.

Vincularse con la sociedad

No encerrarse en la academia es el pilar para que en el CB realmente trabajen en torno a problemáticas y necesidades reales, y se materializa con diversas acciones de vinculación con la sociedad.

Por ejemplo, ejecutar proyectos de investigación básica o aplicada junto a instituciones públicas o empresas. Aunque, Rosario Castillo enfatizó que no es sólo avanzar en I+D, también de difundir, divulgar, socializar y acercar el conocimiento a toda la comunidad y a través de distintos formatos.

Ese propósito también ha marcado el devenir del CB. “La divulgación es uno de los pilares relevantes del Centro. Porque no basta con hacer ciencia, sino que hay que difundirla y hacerla parte de la rutina de la comunidad”, afirmó su directora.

Los “Cafés Científicos”, conversatorios entre investigadores con el público, son la más tradicional actividad que organizan y ya es ícono de la ciudad con sus 12 años de realización ininterrumpida, si bien tuvo un formato virtual por la crisis sociosanitaria de la Covid-19 y este año retomaron la presencialidad con el también tradicional apoyo de la Biblioteca Municipal de Concepción para desplegar las jornadas.

También son tradicionales las visitas de establecimientos educacionales al Centro y su plantel regularmente participa en charlas, talleres o ferias escolares, entre otras instancias de apoyo y vínculo con escolares.

Y Rosario Castillo relevó que por el 20° aniversario, se diseñó un cuenta cuentos del CB para llevarlos a niños y niñas de colegios de distintas comunas la Región del Biobío.

Es que hay particular interés en la infancia y adolescencia, porque manifestó que llegar desde edades tempranas con la ciencia y biotecnología, permite que haya entendimiento, valoración e interés precoz y eso puede impactar a futuro, tanto en vocaciones y decisiones profesionales como consideración del conocimiento para la toma de decisiones de diversa índole y desarrollo.

Con ese horizonte, contó que decidieron poner acento en acercarse a las niñas, para contribuir a acortar las brechas de género que son tan patentes en ciencia y tecnología, con menor participación y menos mujeres ejerciendo liderazgos.

El reto internacional

Rosario Castillo también resaltó que el CB UdeC se proyecta para llegar más lejos con su quehacer e impacto en base a un desafío fundamental: “la internacionalización del centro”. Meta en total sintonía con la de la UdeC, que hace poco lanzó una política en la materia.

El centro siempre ha tenido colaboración internacional. Pero, ahora el reto es que vaya más allá de la movilidad de estudiantes o de investigadores y científicos que nos visitan regularmente, sino que sea transferencia tecnológica y trabajo con empresas externas”, sostuvo.

El camino lo explora con colaboraciones científicas y se aspira a avanzar más; siempre sobre la base de abordar los objetivos fundacionales de hacer biotecnología de clase mundial y en la frontera del conocimiento en y por la Región del Biobío de cara al país y mundo.

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