Ciencia y Sociedad

Minvu Biobío premió a estudiantes UBB

Un total de 39 propuestas fueron parte de convocatoria que reconoció a dos equipos de la institución regional.

Por: Natalia Quiero 06 de Enero 2022
Fotografía: UBB

“Casa de la Tierra”, localizada en Quebrada de Las Ulloa en Florida, iniciativa realizada por estudiantes de Arquitectura de la Universidad del Bío-Bío (UBB) sede Concepción, recibió el primer lugar del Concurso Vivienda Rural 2021, liderado por la Secretaría Regional Ministerial (Seremi) del Ministerio de Vivienda y Urbanismo (Minvu) de la Región de Biobío que también seleccionó con una mención honrosa al proyecto “Casa Kütral”, situada en Alto Biobío, de futuros arquitectos egresados de la UBB.

Ambas propuestas, que se destacaron entre 39 postuladas y que representaron a nueve universidades, fueron desarrolladas en el marco de la asignatura “Taller VI” que dicta la Escuela de Arquitectura de la Facultad de Arquitectura, Construcción y Diseño (Farcodi) de la UBB a cargo de Nelson Arias y Roberto Burdiles, docentes del Departamento de Diseño y Teoría de la Arquitectura, y que contó con el apoyo de Maureen Trebilcock y Beatriz Piderit, académicas de la línea de Diseño Bioclimático. En particular, “Casa de la Tierra” es de autoría de Pablo Ramírez, Suyin Xiao-ying Salinas, Sebastián Sepúlveda, Israel Vera y Thania Zagal; mientras que “Casa Kütral” es una idea elaborada por Carolina Horta, Yeison Miranda, Catalina Paredes, Maren Chandia y Norca Guajardo.

Concurso y propuestas

“Vivienda Rural” de Minvu Biobío es un concurso que convoca a alumnos de la carrera de Arquitectura de universidades que se emplacen en las regiones del Maule, del Biobío y La Araucanía para que elaboren y presenten propuestas que reflejen la pertinencia arquitectónica de los territorios rurales de la Región del Biobío, con diseños unifamiliares basados en sistemas constructivos de madera y otros materiales vernáculos del país y que aporten a la calidad de vida de las personas que le habitan. Así, a la convocatoria que tuvo a la UBB como ganadora, se desafió a las próximas generaciones de arquitectos que presentaran anteproyectos de viviendas concebidas para las zonas geográficas de Alto Biobío, Florida, San Rosendo y Contulmo.

Reconocimiento a la lugaridad en un diseño bioclimático y sustentable son las principales características que cumplen las propuestas elaboradas a partir del trabajo en terreno y relación con la comunidad, recalca el arquitecto Roberto Burdiles, decano de la Farcodi UBB.

Sobre la trascendencia de la lugaridad, el profesional destaca que al integrar este concepto al diseño de las viviendas en particular y arquitectura en general es que se reconoce la realidad del lugar y considera todos los elementos que le caracterizan e influyen en el habitar cotidiano y, por ende, se hace concreta la pertinencia y pertenencia, tanto en las dimensiones físicas-geográficas y ambientales como también sociales, culturales y hasta constructivas, porque se involucran aspectos como el clima o el uso de materiales tradicionales o con más proximidad con los territorios. Es el caso de la madera en ambas casas y particularmente en base al espíritu forestal que tiene gran parte del territorio de la zona centro-sur chilena.

La materialidad es parte importante de la sustentabilidad del diseño, acorde a los tiempos de crisis ambientales que vive el planeta y las soluciones que se requieren para reducir impactos de las actividades humanas, mientras que “el diseño bioclimático permite mejorar la habitabilidad de la vivienda en aspectos como la ventilación y confort térmico y así lograr tener un ambiente interior que se equilibre tanto a las altas temperaturas del verano como a las bajas de invierno”, resalta Roberto Burdiles.

Todas las cualidades se consideran como clave para el bienestar y calidad de vida en el diario habitar una vivienda.

Aprendizaje situado

Para tener todas esas cualidades en las propuestas es que Roberto Burdiles releva el irremplazable papel del trabajo en terreno y no sólo que implique ver cómo es físicamente un lugar, sino conocer sus comunidades. Cumplir esa experiencia in situ era requisito en el concurso, pero lo considera vital en los procesos formativos y trabajos académicos e investigaciones.

La educación y formación debe ser situada, muy vinculada a la realidad y territorio. Eso implica considerar todo su paisaje, es decir geográfico, social, étnico, etcétera, y aprender resolviendo problemas que están en la realidad”, manifiesta. Asegura que ello es uno de los intereses que tienen en la UBB a la hora de formar arquitectos y, sobre todo, que avanzar en esta arista es cada vez más urgente para tener capital humano capaz de ofrecer soluciones tan concretas como pertinentes y efectivas. Lo anterior porque afirma que “como academia hemos estado distantes e imbuidos en nuestras disciplinas y muchas veces no haciéndonos cargo de la realidad de la gente y lo que necesita, si bien la universidad debería ser el lugar donde se encuentre la respuesta a todas las necesidades” y pone el acento en que el paradigma que debe primar es que “la realidad debe transformarse en el origen y fundamento de todo proceso creativo para alcanzar buenos resultados disciplinares”; conocerla es la única forma de atenderla y proveer herramientas que puedan responder a lo que las personas requieren.

Etiquetas