Carta al director

Retratos de Aurora: “Como un cariñito”

Por: Diario Concepción 03 de Junio 2017

Paso mayo y con esto se terminó el fervor por el Patrimonio. Parece como varias tradiciones chilenas que se doblan, se guardan en el último cajón de la cómoda y no ven la luz hasta el año próximo. Concepción no queda fuera de la norma y como después de una lluvia de primavera cuando salen las callampitas, así hubo mas de 200 hitos patrimoniales el pasado domingo 28. Lugares, tradiciones y recorridos que muchos el mismo lunes nos olvidamos que son parte de nuestra memoria e identidad como vecinos y ciudadanos.

Esto en la Aurora de Chile no pasa, el patrimonio se profesa cada día desde hace casi 100 años. Por supuesto que fue parte de los circuitos del Día del Patrimonio, por supuesto que se mostró y se conversó de su historia y su conflicto: sus calles, la ex fábrica de Paños Bío Bío, el puente que está y no está, de la escuela de las monjitas, de la cancha y del club “El Huracán”.

Justo la foto que ilustra esta nota es de por ahí. Esta tomada en el Pasaje “El Huracán” desde la esquina de Eleuterio Ramírez, desde la vereda de la cancha y con la cámara apoyada sobre uno de los rieles de la línea del tren que sirven de gradas para los partidos que allí se juegan los domingos.
Como algunos lectores sabrán, las cámaras con las cuales sacamos estas fotos no son muy tradicionales. Y esta nota no será la excepción. La foto esta sacada por Margarita, pobladora y participante del Proyecto “Los Retratos de Aurora”. Su cámara es un alhajero de madera, de estos que parecen libritos, muy antiguo y deteriorado por el uso –era de su mamá- y últimamente servía de depositaria de una foto –fotocopia mejor dicho- de la única imagen que Margarita conserva de su padre y vestido con el equipo del club Huracán.

Cuando Margarita llego al taller de armado de cámaras estenopeicas con objetos de uso doméstico estaba distante, miraba desde la esquina del mesón con mas desconfianza que asombro. ¿Cómo sería posible que con una cosa que no es una cámara digital o un celular íbamos a sacar fotos? ¿Qué era esto de hablar de haluro de plata, de cuarto oscuro, de sensibilidades? Si para sacar una foto uno solo apunta con el celular y listo! Ya está.

Margarita me recuerda mucho a Aurora. Es robusta, de pocas palabras, habla lo justo y necesario, sus manos denotan el trabajo pesado que ha pasado por ella, desconfiada pero sensible y cercana a la vez. Me cuenta cosas de su vida, de su historia, de su día a día. Casi en secreto, como un susurro, como una confesión de amigos. ¡Tan parecida a la Aurora!

Y digo esto por que en lo personal, creo que la Aurora de Chile, es tan perecida a sus vecinos. Una de las tantas poblaciones ribereñas del Bío Bío, pero una de las pocas con tanta identidad y memoria es factible de retratar como un habitante más. Por eso digo que se me confunden.

Pero volvamos a la foto, o a la cámara. O a ambas, ya que la una no es sin la otra. Nos costó como tres semanas pensar cómo de ese alhajero con tanta historia y recuerdos lo convertíamos en una cámara estenopeica sin profanarlo. Al final pudimos resolver el dilema y nació la cámara de Margarita. La cargamos con papel y salimos a probarla. Volvimos al cuarto oscuro con muchas incertidumbres de cómo serían las imágenes que nos daría. Y ahí, como la conversación con Margarita, con la tenue luz roja en el cuarto oscuro, empiezan a aparecer unas pequeñas manchas de no mas de tres centímetros de diámetro. Fotos muy diminutas, muy tímidas, como Margarita. Pero al mismo tiempo llenas de sensibilidad.

Al verlas con mas detalle, Priscila dice: “Parece un cariñito…” Y así es querido lector, lo que tratamos de hacer con estas fotos no es mas que eso. Dar un pequeño cariñito a personajes, a historias, a vidas muy cuesta a arriba. Es como cuando uno se tira aliento tibio en las manos moradas por el frío, es un “nanai” al espíritu.

La actitud de vivir en una ciudad con tanto patrimonio no empieza y termina en mayo. Si le interesa y quiere, pase por el Pasaje El Huracán, baje hasta Eleuterio Ramírez. Párese en la esquina y tal vez, solo tal vez si la luz de la tarde se lo permite, podrá ver que viene caminando Aurora o Margarita, no se quien de las dos, después de un largo día de trabajo. ¡Hasta el próximo click!

Walter Blas

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