La función específica de estos dispositivos es quemar el material particulado resultante luego de la combustión de los hidrocarburos.

Concetuerca Por Fabián Rodríguez R. 

Desde enero de 2010, las normas Euro V  establecen parámetros bien definidos sobre la cantidad de material particulado que emiten los automóviles que año tras año son lanzados al mercado. 

Recordemos que la OMS establece que los niveles de saturación por material particulado fino (MP 2,5) deben ser inferiores 50 microgramos por metro cúbico (ug/m3) medidos en 24 horas. Cuando una ciudad supera estos niveles se establece un estado de emergencia o preemergencia ambiental, es decir, estamos frente a una zona saturada. 

Para contribuir a reducir estos niveles de saturación, se diseñaron los filtros de partículas DPF, dispositivos que se montan en casi la totalidad de los propultores diesel modernos (que cumplan con la norma Euro V o la nueva Euro VI) y que se encargan de eliminar las partículas sólidas (material particulado) generadas por estos motores.  

La función específica de estos dispositivos es quemar el material particulado resultante luego de la combustión de los hidrocarburos, pasando por paredes de cerámica porosas que atrapan el hollín y dejan pasar los gases sin partículas hacia el exterior, a través del tuvo de escape. 

El problema es que para eliminar las partículaas atrapadas, el filtro debe pasar por un proceso de “regeneración”. 

Para ello, el motor debe funcionar por encima de las 2.500 revoluciones durante una media hora, aproximadamente. Con esto se logra que los gases calienten las paredes del filtro a cerca de 600 grados Celsius, quemando -literalmente- el material particulado atrapado en las paredes del filtro. Esto debe hacerse ojalá una vez por semana. 

En caso contrario, el filtro se tapa e intenta purgar el material atrapado, lo que lleva al vehículo a consumir más combustible, para intentar elevar la temperatura del escape. Posteriormente, sin mantención, se enciende la luz del tablero que indica que algo anda mal con el filtro. Y los filtros DPF son caros. Por eso la recomendación es salir a dar una vueltecita de vez en cuando, salir a la carretera y así ayudar a la regeneración del filtro. 

Revise si su vehiculo cuenta con este dispositivo. Estas recomendaciones pueden ahorrarle hasta $1.500.000.