Para nuestro país, el informe último Going for Growth 2019 de la Ocde, señala que, si bien es cierto, hubo un progreso rápido en las últimas décadas, ese progreso se ha detenido después de 2013, reflejando un débil crecimiento del empleo y un deterioro de la productividad.
La baja productividad laboral no es solamente la consecuencia de determinada actitud, o de poca dedicación, es posiblemente el resultado de otro fenómeno asociado y de larga data: las carencias en la cualificación de los trabajadores.
Se trata de una nueva revolución industrial que obliga a cerrar la brecha digital, para impedir, así, pérdidas de empleos y proyectar crecimiento económico.