La renuncia presentada en mayo por los obispos nacionales aún genera efectos y el viernes pasado fue prueba de ello. Mientras en San Felipe y Chillán asumían administradores apostólicos, en el Vaticano, Fernando Chomali era recibido y ratificado en su cargo por el mismo Papa Francisco.
Pese a las dificultades, autoridades y políticos confirmaron su asistencia a la misa en la Catedral penquista. Hicieron un llamado a que se aclaren los hechos y a que haya justicia, pero también a no responsabilizar a todos por los actos de unos pocos.