Ningún poder del Estado se encuentra exento de la crítica de la ciudadanía. Muchas personas ven esto como una “crisis”. Sin embargo, pienso que es lo contrario.
La libertad de expresión es uno de los puntos básicos de los derechos humanos. Pero el derecho de opinión de una persona, interpretado como un derecho humano, tiene su límite justamente dónde comienzan los derechos de los demás.
Si bien sus ingresos han caído, lo que se genera permite mantener en funcionamiento la actividad. Además, los protocolos sanitarios se han aplicado correctamente: hasta ahora, no registran ningún caso de coronavirus.
En este difícil contexto histórico, me atrevo a través de estas líneas a sugerir con mucha humildad, pero con cifradas esperanzas, pueda ponerse en el corazón de la agenda pública, por parte de todos los sectores políticos y el gobierno, aquella empatía que haga posible sintonizar con las necesidades y las angustias de un Chile que atraviesa horas difíciles.
A propósito de la Cuente Pública de hoy, analistas y parlamentario de la Región coincidieron en que es difícil que discurso se centre en la violencia en el territorio.