En Chile, el debate estuvo centrado en la productividad, y se ha recordado que ese punto es el “Talón de Aquiles” para el país. De hecho, para las economías latinoamericanas y caribeñas.
Una mínima protección de la industria local, pérdida de empleos y bajo avance en Plan de Reactivación, alertan al sector productivo.
Después de estos nueve meses puedo decir que hoy, más que nunca, debemos pensar en nuestros trabajadores como personas que están dando lo mejor de sí.
Centrarse en ver con los ojos de los colaboradores resulta positivo, debido a que, a través de esta óptica, es factible detectar dónde poner énfasis con carácter de urgencia, dónde la retroalimentación y la búsqueda de oportunidades se mejora a nivel interno.
Los principales beneficios percibidos son eliminar gastos fijos al poder reclutar solo cuando existe una necesidad puntual, tener la posibilidad de acceder a habilidades específicas, de las que carece la dotación permanente, y/o aumentar la competitividad del negocio para recuperarse más rápido del impacto económico que está dejando la pandemia.