La descentralización es una utopía si no preexisten fuerzas regionales bien organizadas, conscientes y gravitantes, resueltas a poner en acción la capacidad de influir en las decisiones nacionales.
Ratificado como parte del directorio del Teatro Biobío, el legislador responde las críticas en materia de descentralización y enfatiza: “No quiero significar un problema. Yo vengo a colaborar”.
De qué manera las empresas e instituciones se pueden instalar en las regiones según su perfil e identidad, con el propósito de revertir la sistemática migración de las oficinas centrales a la capital, aún las de aquellas empresas que nacieron y se desarrollaron regionalmente.
La centralización ha estimulado el traslado de las gerencias de empresas regionales a la capital, al radicarse en ésta los centros de poder, financieros y políticos, estableciendo un círculo vicioso de migración centrípeta altamente lesiva al crecimiento de las regiones.