Las cifras de Biobío son en definitiva preocupantes. Hay suficiente evidencia internacional de cómo implementar políticas públicas para disminuir el consumo de sustancias. Políticas que, sin embargo, han sido sistemáticamente obstaculizadas por la industria del alcohol.
Es valioso el esfuerzo de Senda por implementar el programa Elige Vivir Sin Drogas basado en el modelo Islandés “Planet Youth”, que llevó las tasas de consumo juvenil de Alcohol y drogas desde 40% a menos de 7%.
Uno de cada cuatro conductores fiscalizados en las Fiestas Patrias de 2019 había consumido alcohol, según cifras entregadas por el Servicio Nacional para la Prevención y Rehabilitación del Consumo de Drogas y Alcohol.