Opinión

Sin consumo, no hay narco

Es valioso el esfuerzo de Senda por implementar el programa Elige Vivir Sin Drogas basado en el modelo Islandés “Planet Youth”, que llevó las tasas de consumo juvenil de Alcohol y drogas desde 40% a menos de 7%.

Por: Diario Concepción 30 de Noviembre 2021
Fotografía: Marcelo Sánchez

Marcelo Sánchez
Fundación San Carlos de Maipo.

Recientemente SENDA ha dado a conocer los resultados del Décimo Cuarto Estudio Nacional de Drogas en Población General, aplicado a más de 16 mil personas entre 12 y 64 años, pertenecientes a una muestra de 109 comunas, sobre un universo de casi 11 millones para dicho segmento etario. Aunque el consumo de Alcohol en el último mes parece estabilizarse, es destacable que disminuye el porcentaje de personas que declaran embriagarse, pasando desde 56,3% en 2018 a 50,2% en 2020, cayendo significativamente en el segmento de mujeres. Asimismo, el consumo de Marihuana y de Cocaína siguen a la baja, siendo esta última la más fuerte, reduciendo la tasa a la mitad. Lo anterior tiene relación a una menor oferta, de 17% en el caso de la Marihuana y de cerca de un 50% en el caso de la Pasta Base y la Cocaína, pero también dice relación con el aumento en la percepción de riesgo que ha ido consolidando estas trayectorias.

En efecto este cambio en la apreciación de los efectos de la Marihuana es muy relevante, particularmente en la población escolar, que ha mostrado caídas significativas y sostenidas toda vez que Padres y cuidadores se involucran de manera activa en la comunicación de sus nocivos efectos sobre el desarrollo cerebral y emocional, manifestado biológicamente en la reducción de la plasticidad cerebral, la alteración de la poda neuronal y el daño de Axones que son responsables de la transmisión de impulsos nerviosos (T.E Robinson).

Hoy la Marihuana que circula en nuestro país tiene una potencia de hasta 7 veces, en relación a la consumida en la década de los 60, y se estima que 1 de cada 6 adolescentes, que la fumaron el último año, manifestaron conductas adictivas. En los Estados de Colorado y Washington, luego de la legalización, el consumo en población mayor de 12 años creció a un ritmo sobre el 10% anual. De allí que es clave observar que los procesos de legalización, aunque no impliquen liberar el mercado para niños y jóvenes, en sí mismo generan una menor percepción de riesgo que implica un aumento en el consumo infantil, potenciado por la desviación de comercio del mercado negro que subsiste en tasas sobre el 70% con mayor poder adictivo. Por todo esto es alentador que las cifras muestren una tendencia a la baja en estos consumos, en la medida que sostenemos una estrategia adecuada de comunicación de riesgo, en especial en población escolar. Es preocupante, eso sí, el aumento en el uso de tranquilizantes sin receta y el crecimiento de las drogas sintéticas de fácil alcance en el entorno adolescente. La mejor forma de combatir el narcotráfico es la reducción del consumo temprano y para ello se deben fortalecer factores protectores en los ámbitos de la Familia, la escuela y la Comunidad.

Es valioso el esfuerzo de Senda por implementar el programa Elige Vivir Sin Drogas basado en el modelo Islandés “Planet Youth”, que llevó las tasas de consumo juvenil de Alcohol y drogas desde 40% a menos de 7%, asimismo se requiere dotar de una oferta de programas basados en la evidencia que aporten en esta trayectoria a la baja de los indicadores en población escolar.

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