Editorial

Las drogas y la responsabilidad del control parental

Las cifras de Biobío son en definitiva preocupantes. Hay suficiente evidencia internacional de cómo implementar políticas públicas para disminuir el consumo de sustancias. Políticas que, sin embargo, han sido sistemáticamente obstaculizadas por la industria del alcohol.

Por: Editorial Diario Concepción 03 de Diciembre 2021
Fotografía: Archivo

Senda Biobío entregó los resultados del 14° Estudio Nacional de Drogas de Población General y las conclusiones deberían ser motivo de preocupación. Con 1.223 entrevistados, entre 12 y 64 años, el documento final constata un aumento en el consumo de tabaco, alcohol y drogas como la cocaína y la marihuana en los últimos dos años en la Región del Biobío.

El Senda (Servicio Nacional para la Prevención y Rehabilitación del Consumo de Drogas y Alcohol) realiza estudios periódicos a distintos segmentos de la sociedad, como escolares; embarazadas; niños, niñas y adolescentes; población general, entre otros, buscando así entregar una radiografía sobre el consumo de drogas y alcohol.

Para Biobío hubo un incremento de más de 6 puntos en el consumo de alcohol en comparación con el estudio de 2018. Una particularidad regional es que si bien aumentó la percepción de riesgo sobre los peligros del consumo de alcohol, aún así se registró un aumento en el consumo. Una de las explicaciones es que el período de aislamiento debido a la pandemia provocó un alza de afecciones mentales que podrían haber influido en un incremento de bebidas alcohólicas. Es decir, la ansiedad, estrés y depresión actuarían como gatillantes para el mayor consumo de sustancias.

Los datos nacionales confirman una tendencia a la baja en el consumo de marihuana y cocaína, pasando de un 12,7% y un 1,0% en 2018 a un 11,4% y un 0,5% para el último estudio. En el ámbito nacional el consumo de alcohol pasó de un 43,3% de la población en 2018 a un 44,3% en 2020. Es decir, se mantuvo estable en términos estadísticos. Dicho de otra forma, el consumo no ha bajado.

Las cifras de Biobío son en definitiva preocupantes. Alrededor del 10% de las muertes en Chile son atribuibles al alcohol y hay suficiente evidencia internacional de cómo implementar políticas públicas orientadas a disminuir el consumo. Políticas que, sin embargo, han sido sistemáticamente obstaculizadas por la industria del alcohol. Además, el estudio de senda confirma el incremento de otras drogas, como la cocaína y la marihuana.

Por todo lo anterior es importante subrayar que todas las política públicas, por mejores que sean, no quitan la responsabilidad del control parental.

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