Hoy nuestro país nos necesita a todas y todos para seguir soñando comunitaria y colectivamente, haciéndonos parte de los procesos participativos que están por venir.
Después de esta crisis sanitaria, sin duda, algunas empresas morirán mientras otras nacerán, para estas últimas es fundamental que el estado les dé todas las facilidades para que nazcan sanas, además, debe promover que inicien con tecnología de vanguardia, Mejora Continua y crezcan con innovación.
Los bajos montos de las pensiones pagadas por el sistema de AFP han llevado a plantear soluciones de diversa naturaleza y unas más extremas que otras.
Hay que tomar la oportunidad que tenemos de repensar como queremos ser, no desde la nada, sino tomando en consideración toda nuestra historia.
Ese Chile sin voz, que parece ausente en medio de un clima de radicalidad y polarización es al que le corresponde ponerse de pie y en marcha el día 26.
Hoy enfrentamos un déficit imprevisto, que pone en riesgo la sostenibilidad del Hogar de Cristo.