Opinión

El día 26 de octubre

Ese Chile sin voz, que parece ausente en medio de un clima de radicalidad y polarización es al que le corresponde ponerse de pie y en marcha el día 26.

Por: Diario Concepción 23 de Octubre 2020

Augusto Parra ahumada
Presidente Fundación República en Marcha

En medio de un clima de violencia extremo y destrucción, cuyas formas de intentar aproximarse a entender parecen inteligibles e intrincables.

Enfrentamos un plebiscito en medio de un conjunto de restricciones a las libertades políticas al ejercicio de derechos inalienables, marcado por una lógica reduccionista que no ha atendido a la complejidad del dilema constitucional y que no ha ofertado un camino al gran Chile sensato, racional y prudente que abraza la paz, que desde las ideas de la democracia liberal, que anhela procesos de transformación y cambios graduales que recojan, valoren, cuiden y aprecien aquellas bases institucionales que han hecho posible el progreso y que ve con reservas a las tentaciones de aventuras refundacionales, así como aquellas ideas tendientes a bloquear cualquier intento de cambio, ese Chile sin voz, qué parece ausente en medio de un clima de radicalidad y polarización es al que le corresponde ponerse de pie y en marcha el día 26.

El día 26 es el despertar del Chile racional y sensato para sembrar amor y esperanza e ir al encuentro del diálogo y el entendimiento para comenzar a sentar las bases de la construcción de un futuro común y superar la fractura propia de la lógica binaria de la tensión de las posiciones absolutas y extremas y asegurar que si obtiene mayoría el rechazo, se hagan las reformas necesarias para dotarnos de una carta constitucional compartida y que sea la que acompañe una segunda transición al desarrollo y uno integral, inclusivo y sostenible. Y si obtuviera mayoría el apruebo el proceso sea abordado con responsabilidad, prudencia y sensatez, recogiendo nuestra tradición republicana que evite toda tentación disruptiva y refundacional.

Para eso corresponderá poner aquellos contenidos ausentes del debate y superar la pobreza de aquellas monsergas y slogans que han tomado el espacio público de la mano de la campaña más miserable que se haya podido ver y comenzar a discutir una constitución que ponga la libertad y los derechos a recaudo de cualquier forma de abuso o arbitrariedad, cuidando de las bases estructurales que han permitido el progreso, para avanzar hacia un Chile descentralizado, más humano y comprometido con los nuevos paradigmas de sostenibilidad e inclusión.

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