Opinión

Plebiscito: Oportunidad y responsabilidad histórica

Hay que tomar la oportunidad que tenemos de repensar como queremos ser, no desde la nada, sino tomando en consideración toda nuestra historia.

Por: Diario Concepción 23 de Octubre 2020
Fotografía: Pablo Torres Placencia

Pablo Torres Placencia
Colectiva – Justicia en Derechos Humanos
Corporación y Oficina Jurídica

Este 25 de octubre se abre paso en nuestro país un proceso inédito dentro de nuestra historia institucional reciente. En efecto, hasta antes del mes de octubre del año pasado y sus consecuencias era impensable que se consultara a la ciudadanía chilena su voluntad de mantener o cambiar la piedra angular del proyecto de Chile instaurado por la dictadura cívico militar que es la Constitución.

Durante este proceso, a mi entender, deberían primar dos ideas complementarias. Por una parte, la idea de oportunidad y por otra la idea responsabilidad.

La idea de oportunidad implica que asumamos que no va a existir otro momento político con las mismas características como lo vivimos hoy. Cada momento de la historia está rodeado de sus propias características y contextos y, en este sentido, me parecen irrepetibles. Por ello hay que tomar la oportunidad que tenemos de repensar como queremos ser, no desde la nada, sino tomando en consideración toda nuestra historia, ya que nuestro país se aferra a una historia propia, muchas veces, una historia triste, dolorosa, pero que es nuestra, incluso para decidir cambiar todo aquello que no debe jamás repetirse.

Aquello que jamás debemos repetir, me trae a la idea de responsabilidad. Hay ciertos pasajes de nuestra historia que parecen repetirse, para el gran pesar de quienes sufren sus consecuencias, así la violencia institucional, la represión, la negación, la justificación, la deferencia hacia a los perpetradores y la impunidad hacen eco una vez más en nuestro país. Muchas y muchos son los heridos, muchas y muchos son los injustamente detenidos, y, nuevamente, muchas y muchos se preguntan dónde están sus seres queridos. Aquellos que un día salieron de sus casas dejando madres, padres, hijos e hijas, parejas, amigos y amigas pensando solamente en un Chile mejor, pero, jamás volvieron.

Todos esos sacrificios nos tienen aquí, ad portas de un verdadero cambio y creo firmemente que tenemos la responsabilidad histórica de hacer que sus sacrificios no sean en vano, de lograr un Chile como el que soñaron, un Chile justo, digno, inclusivo, donde el fuerte no pueda jamás pasar por sobre el débil y que si lo hace sea castigado.

Somos responsables del Chile que soñaron.

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