El principio de igualdad deviene en una consecuencia del reconocimiento, en primer lugar, de la dignidad de todos los seres humanos.
La declaración expresa su apoyo a la gestación de una nueva Constitución redactada por ciudadanos y ciudadanas elegidos por sufragio universal.
Vivimos la banalización de la felicidad, ella se mide, se compara de acuerdo a los índices de producción.
La ley de aborto en Chile es deficiente en garantizar los derechos sexuales y reproductivos de las mujeres.
¿Es posible pensar una separación entre lo que hacemos y vivimos en privado y en público? Sobre todo con los políticos, tan cuestionados hoy en el mundo entero.
La confianza ciudadana nos obliga a continuar trabajando por que las municipalidades amplíen sus facultades.