Pese a las dificultades, autoridades y políticos confirmaron su asistencia a la misa en la Catedral penquista. Hicieron un llamado a que se aclaren los hechos y a que haya justicia, pero también a no responsabilizar a todos por los actos de unos pocos.
Tras el allanamiento realizado el día jueves en el Arzobispado penquista, surgieron las dudas del rol que tuvo el cardenal de Santiago en el silencio de la iglesia ante casos de abusos cometido por sus pares.