En los últimos quince años, el mundo ha experimentado una verdadera revolución en las comunicaciones. La irrupción de las redes sociales sólo puede compararse en impacto a la invención de la imprenta de tipos móviles de Gutemberg y el desarrollo de la comunicación de masas; un fenómeno global que aún es difícil cuantificar.
La realidad que se prefiere ignorar es que la tasa de suicidios en jóvenes chilenos va en aumento cada año, posicionándose en el segundo lugar de los países de la Ocde, sólo después de Corea del Sur, donde más han aumentado este tipo de decesos.
Se aproximan a paso veloz procesos eleccionarios que esta vez están caracterizados por una frecuente presentación de cambios de escenario, con tantas novedades, que son seguidas, como Dios manda, por acalorados debates y empleo masivo de materia gris por expertos-expertos y expertos-improvisados, a tal grado que los candidatos, sobre todo los más nuevos e innovativos, corren el serio peligro de adquirir características farandulezcas.
La precariedad de la ley ha tenido como resultado que los crímenes contra las mujeres no se castiguen con firmeza y afecta la contabilización efectiva de un fenómeno que en nuestro país no se ha logrado ni dimensionar ni detener.
En el comentario vernáculo, consagrado por cientos de años de práctica, que lo mejor es enemigo de lo bueno, se resume la nefasta tendencia tratar de dejar perfecta una propuesta agregándole detalles, tantos que a veces el resultado camina en sentido inverso al que se tenía en mente.
El plazo promedio de pago a las pymes subió 10 días, pasando de 45,9 días en el último trimestre de 2016 a 56 días en el primer cuarto de este año, una amenaza permanente para la solvencia de estos emprendimientos