Al hacerse parte las universidades de la Región, se comprometen a colaborar en un cambio a la actual situación detectada por la última encuesta Casen, que reveló que en el Bío Bío un 12,3% de los habitantes viven en la precariedad y un 17,4% bajo pobreza multidimensional.
Los montos morosos con tarjetas de crédito en Chile, que se duplicaron en un año, pasando de 302 millones de dólares a 701 millones, un aumento de 132%, situación asociada al hecho que, en promedio, los chilenos tienen cuatro tarjetas de crédito por persona.
Por lo general, se evita referirse a estos asuntos sensibles, como eufemismos, aludiendo al gran número de jóvenes sanos, estudiosos, trabajadores e integrados en sus hogares y familias, lo cual es cierto, pero que no hace desaparecer las circunstancias señaladas y su inaceptable frecuencia.
La clase media está en una posición de fragilidad , en su legítimo deseo de forjar un mejor destino para su vida y mejores oportunidades para su familia, especialmente para sus hijos, una aspiración que, puede ser , por factores imponderables, una tormenta perfecta por su extrema vulnerabilidad.
A pesar de que la matrícula de mujeres en la educación superior ha aumentado considerablemente en la última década en Chile, es aún uno de los países latinoamericanos con menor proporción de mujeres graduadas de educación universitaria en ciencia, tecnología, ingeniería y matemáticas.
Ha faltado unidad de propósito, los proyectos de desarrollo de la Región son sistemáticamente bombardeados por los actores regionales, riñas intestinas, luchas pequeñas de poder, han desdibujado la visión de futuro, dejando las intenciones en calidad de escombros.