Más allá de las ponderaciones, es interesante observar cómo el tema se instala en la agenda pública. Un debate donde es la misma comunidad la protagonistas de los análisis y observaciones.
Así, como ocurre en otros aspectos de nuestra vida en comunidad, sino se colocan límites, la acción humana afecta el entorno.
Toda aquella inversión que busca resguardar el Cerro Caracol debe ir acompañada de la responsabilidad ciudadana, en cada penquista, de cuidarlo.
Los habitantes del Biobío, así como muchos de otras zonas del país, nos sentimos orgullosos de nuestra región y lo que ofrece.
Son cerca de 55 mil personas las que requieren este espacio. El contar con una dependencia policial robusta podrá atenuar las interrogantes que se mantienen en este sector de la ciudad. Un anhelo de hace mucho tiempo.