Panelistas del amplio espectro político abordaron el futuro de Chile tras el 25 de octubre. En tanto, el intendente Giacaman pidió aprobar y aplicar la normativa relacionada al conflicto mapuche.
La política fue la protagonista de la segunda jornada del Erede 2020 que se realizó de forma virtual.
El intendente Sergio Giacaman abrió los fuegos, haciendo hincapié en lo que vive la región en materia sanitaria y lo que ocurre en la provincia de Arauco.
Respecto a lo último, llamó a no confundir a las comunidades con “el accionar de un grupo de terroristas y delincuentes, asociados al robo de madera y el narcotráfico, que operan desde hace más de dos décadas”.
Agregó que “no basta con los esfuerzos que hacemos desde el Poder Ejecutivo, requerimos un Poder Legislativo y Judicial aprobando y aplicando leyes que signifiquen duras sanciones contra quienes han atentado contra la vida y/o propiedad de otros”.
La jornada contó con el análisis del periodista y escritor peruano, Álvaro Vargas Llosa, quien sostuvo que nuestro país vive una radicalización de la izquierda y la clase media se encuentra en una situación vulnerable.
Respecto al 18 de octubre, comentó que “lo ocurrido en Chile fue algo muy sorprendente, hemos visto situaciones similares en otros países y es un malestar en la anti-política, se trata de un sentimiento de indignación contra la clase política”.
En relación a la elección presidencial del próximo año, aseguró que “ninguna encuesta revela una disparada en los números de la izquierda radical y “vamos a vivir una ‘lavinización’ de Chile en los próximos meses”.
Un panel que abordó el futuro del país tras el Plebiscito del próximo 25 de octubre fue el encargado de cerrar Erede 2020. En el participaron Gloria de la Fuente, de Fundación Chile 21; Gonzalo Cordero, consejero de Libertad y Desarrollo e integrante del directorio de TVN; y Sebastián Depolo, ex jefe de campaña de Beatriz Sánchez.
De la Fuente argumentó que después del 25 de octubre, el país se juega el futuro de las próximas décadas. “Será relevante la forma en cómo enriquecemos el debate en ambos sectores y la representación de los distintos sectores en la Convención Constituyente. En el Plebiscito nos jugamos el primer hito en la construcción de un modelo de sociedad con respeto de las mayorías”, sostuvo.
Por su parte, Cordero apuntó a la incertidumbre que entrega el proceso. “En el país hay una sensación de incertidumbre con respecto a lo que viene. Por mucho que digamos que hay buenas intenciones, este es un proceso gatillado en la violencia y en la debilidad de la autoridad. Las consecuencias serán profundas, para bien o para mal”, opinó.
Depolo, en tanto, pidió dar un giro en el debate público y apuntar al tema constitucional. “Estamos equivocados en el debate público, los políticos deberíamos estar más callados y escuchar a la sociedad, la gente debe participar en este proceso. Tras el Plebiscito se podría rebarajar el naipe presidencial”.