Política

Mario Ricardi, académico ULA: “Hay un cierto fetichismo por una nueva Constitución”

De paso en Concepción, el economista formado en la Universidad de Concepción habló del proceso que enfrenta Chile y la importancia de la participación.

Por: Ángel Rogel 22 de Marzo 2020
Fotografía: Iván Tobar B.

Mario Ricardi es profesor titular de la Escuela de Economía de la Faculta de Ciencias Económicas y Sociales de la Universidad de Los Andes (ULA), en Mérida, Venezuela, país al que se fue exiliado, tras el golpe de Estado de 1973.

Cursó estudios de Economía en laUniversidad de Concepción (UdeC) y, antes del exilio, fue dirigente del Movimiento Universitario de Izquierda. En Venezuela, ha sido asesor en política económica de diversas instituciones como el Gobierno, la alcaldía de Trujillo y el Banco Central.

En su paso por Concepción, con motivo de una serie de actividades académicas que se suspendieron por la emergencia del COVID-19, el investigador analizó el modelo económico y el momento actual de Chile. Dijo estar sorprendido con el escenario que enfrenta nuestro país, aunque lo ocurrido post estallido social, opinó, era esperable considerando el alto nivel de injusticia.

Chile es el segundo país más desigual de América Latina después de Brasil, pero, hace algunos años, esa desigualdad me parecía que era virtuosa porque había una alta tasa de reinversión. El crecimiento económico permitía que los sectores capitalistas reinvirtieran una parte importante de sus ganancias y con eso generar empleo. Eso se paralizó hace unos diez años, las tasas de crecimiento bajaron e impactaron fuertemente el empleo, sobre todo de los jóvenes que se encontraron sin posibilidad de encontrar trabajo y eso fue acumulando tensiones que explotaron el 18 de octubre”, comentó.

Sostuvo que “cambiar una Constitución no soluciona los problemas”, aunque puede ser una vía “para empezar a conversar y lo ideal es que exista un nivel de diálogo importante”.

“El problema de fondo es la contradicción que enfrenta toda sociedad entre lo privado y lo social, dónde están los límites de una y otra cosa. El modelo de los Chicago Boys pone a lo privado por encima de lo social, dándoles a los empresarios una serie de garantías, al límite de lo más absurdo. En Venezuela se ha privilegiado a lo social por sobre lo privado y eso también ha traído como consecuencia una pérdida de equilibrio. El crecimiento está más garantizado en la fórmula chilena”.

– Pero lo que está en duda es la distribución

– Claro, es el acceso a la riqueza. Me han llamado la atención algunas consignas. Vi una que decía ‘aborto libre y gratuito’ y, con la primera parte, uno podría estar de acuerdo, pero respecto a lo de gratuito se pone en entredicho el principio de la economía de que alguien lo está pagando de todas maneras (…). En América Latina, además, es histórico que las Constituciones quedan escritas y, después empiezan los tribunales a interpretarlas y se han visto algunas aberraciones, como lo que ocurre con la Asamblea Constituyente que actualmente funciona en Venezuela de forma paralela al Congreso.

Sobre la eventualidad que los parlamentarios puedan participar de la redacción de una nueva Constitución, dijo que “hay que considerar la baja aprobación que tiene la clase política en general. Su participación en la elaboración de la nueva Constitución puede significar un lastre para el proceso”.

Manifestó, además, que “la gente no se siente obligada” a votar y las movilizaciones “no garantizan que hay participación. “La política, en general, es el arte de atraer, pero también está el arte de atemorizar y creo que en los hechos vandálicos que hemos visto en Chile en el último tiempo, hay algo de eso. No sé si es algo consciente, pero están atemorizando a las personas para que no participen”, comentó.

– Esto de movilizarse, pero no ir a votar, ¿se podría leer como que la gente no se siente representada por las instituciones?

– Sí, y es más, podría ocurrir que la gente vote por el plebiscito, porque hay una mayoría que quiere cambiarla y, hasta un cierto punto, hay un fetichismo con una nueva Constitución. Pero qué va a pasar si las personas después de no se sienten representados por los candidatos (aconstituyentes). Además, en aras de la democracia, aún no me convencen medidas, como el voto paritario (por género) o las garantías a representantes de pueblos indígenas, porque eso también puede ser una alteración de la composición de ese cuerpo colegiado.

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