En una breve ceremonia, la máxima autoridad efectuó un balance de lo realizado en el país tras el cataclismo. Mientras, en las afueras de la Base Naval, un grupo de familiares y amigos de Manuel Rebolledo llegó a pedir justicia.
Mediodía en Chile continental y el Presidente Sebastián Piñera arriba al OPV Piloto Pardo, en donde se realizó la conmemoración por el 27/F.
Se trató de una ceremonia particular, por el lugar en que se efectuó, a bordo de un patrullero de la Armada que fue dispuesto para que el Mandatario tuviera como fondo a la comuna de Talcahuano, cosa que por factores climáticos no pudo ocurrir. A ello, se sumó lo breve de la actividad, alrededor de 30 minutos, teniendo como único orador al Jefe de Estado.
Durante su alocución, que se extendió por 19 minutos, el presidente recordó cómo vivió el 27/F. “Yo recuerdo haber estado ese mismo día aquí, en la Base Naval de Talcahuano, que estaba absolutamente destruida. Recuerdo también haber estado en un edificio muy famoso, el Alto Río, y escuchamos los gritos desesperados de las víctimas que estaban aún atrapados en los escombros. Recuerdo, con la entonces alcaldesa, que recorrimos las calles de Talcahuano y parecía una ciudad fantasma”, rememoró.
Piñera no quiso dejar de lado la contingencia y abogó por lograr la unidad, la paz y la unidad social. “Todos sabemos que necesitamos, hoy más que nunca, unidad; necesitamos, hoy más que nunca, condenar, sin ninguna duda, sin ninguna ambigüedad, la violencia y a los violentistas para poder recuperar el orden público, la seguridad ciudadana y el estado de derecho. Porque la violencia sólo destruye, sólo causa dolor y sólo daña el alma de nuestro país”, expresó.
En el acto, el Presidente entregó cifras de lo que se ha realizado durante estos años diez años. De acuerdo a los números de La Moneda, se entregaron 223 mil 978 soluciones habitacionales, se recuperaron nueve aeródromos o aeropuertos y se construyeron cuatro hospitales por una inversión cercana a $38 mil millones.
A lo anterior, se suma como logro el plan de fortalecimiento de emergencias, que incluye la instalación de un sistema de sirenas de alerta en la costa del país, pero, a la fecha, sólo se ha implementado en algunas partes.
El director nacional de la Onemi, Ricardo Toro, explicó que ellas son parte del sistema de protección civil y que en la Región se financiaron con dineros del Consejo Regional (Core), pero al ser ingresado a un proyecto del MOP, mediante concesiones, surgió el retraso. “Se está trabajando para instalarlas en todo el país y esperamos que en los próximos dos años esté listo. Se está trabajando en coordinación entre Obras Públicas y la Onemi en su implementación”, acotó.
Mientras se efectuaba la ceremonia en medio de la Bahía, en la puerta de la Base Naval estaban familiares y amigos de Manuel Rebolledo, el joven de 23 años que murió atropellado por una patrulla de la Armada durante el toque de queda en Talcahuano.
Manuel Rebolledo, padre del joven, dijo que piden justicia y una recalificación de la causa. “Vamos a llegar hasta las últimas consecuencias y esto no debe quedar impune. El Presidente debe hacerse responsable de lo que ocurrió, junto a las dos instituciones que son Carabineros y la Armada que intentaron negarme a mi hijo tras el accidente”, enfatizó.
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