El Vaticano aceptó dos nuevas renuncias de obispos chilenos, se trata de Monseñor Alejandro Goic, de Rancagua y Horacio Valenzuela de Talca.
De acuerdo a la información enviada desde la Santa Sede, la salida de Goic se produce porque cumplió su edad para estar en la Iglesia, además de las enfermedades que posee.
Desde la Conferencia Episcopal son claros en manifestar que la situación de Goic está relacionada con su edad y no por los cuestionamientos que ha tenido por su actuar en la investigación eclesial de la “La Cofradía”, un grupo de sacerdotes homosexuales denunciado en la zona.
En tanto, la situación de Valenzuela está ligada por ser uno de los obispos cercanos al cuestionado padre Fernando Karadima.
El Papa nombró como administrador eclesial en Rancagua al obispo Fernando Montes y en Talca a Galo Fernández, quienes se suman a los ya nombrados en Valparaíso, Valdivia, Osorno y Puerto Montt.
Se espera que el Sumo Pontífice acepte nuevas renuncias, entre esas se encontrarían las del Arzobispo de Santiago, Ricardo Ezzati, por edad y la del Obispo de Linares, Tosmilav Koljatic, quien está cuestionado por su cercanía a Karadima.
La demora en la salida de Ezzati, estaría ligada a que el Pontífice aún no encuentra el nombre para su reemplazo, puesto que, de los seis obispos auxiliares de Santiago, cuatro han sido designados como administradores apostólicos. Mientras que de los otros dos, que son Andrés Arteaga y Cristián Roncagliolo, este último es el único disponible y podría ser nombrado como administrador en Linares, ante la posible salida de Koljatic en el mismo lugar.
Quien genera mayor consenso, bajo este escenario, para suceder a Ezzati es el actual Arzobispo de Concepción, Fernando Chomali, quien es reconocido como alguien que ha sabido sobreponerse a las críticas en contra de la curia. Además, de la actividad social que ha generado en la zona, como el albergue móvil y la Lavandería 21.