Comisión especial de la Cámara se podría constituir en marzo. Idea trae a colación debate en torno a la real efectividad de la instancia parlamentaria.
El sorpresivo arribo a La Moneda del director general de Carabineros, Bruno Villalobos, tras interrumpir abruptamente sus vacaciones, por instrucción del Gobierno, fue uno de los hechos que causó más revuelo durante la jornada de ayer.
El uniformado se reunió con el ministro del Interior, Mario Fernández, quien le solicitó apurar la investigación interna en la institución, tras la polémica surgida en la denominada “Operación Huracán”, donde han surgido declaraciones cruzadas entre el Ministerio Público y Carabineros por supuesta adulteración de pruebas.
Lo anterior, mientras cobra fuerza, al interior de la Cámara de Diputados, la idea de una comisión investigadora, que se podría constituir la primera semana de marzo.
De hecho, consultada por El Mercurio, la diputada del Distrito 42 y jefe de la bancada PPD, Loreto Carvajal, dijo que la colectividad solicitará la creación de la instancia.
Aunque por distintos motivos, la iniciativa genera apoyo entre los representantes del Bío Bío.
En tela de juicio
El diputado del Distrito 46, Manuel Monsalve (PS), dijo que “los hechos son gravísimos porque están puestas en tela de juicio el accionar de dos instituciones claves para la justicia en Chile. Creo que es difícil que el Parlamento se mantenga al margen y desde esa perspectiva la herramienta que le queda al Parlamento para poder acceder a la información, verificar los hechos y tener una opinión, es la comisión investigadora”.
Monsalve dijo que la instancia se debe conducir con seriedad y responsabilidad. Lo anterior, dijo, “porque Chile está entrando en una dinámica de acusar antes de que concluya el proceso” y ejemplificó con el caso de los comuneros mapuches, y también de Carabineros.
Lo complicado, dijo, es que “una de las dos instituciones está equivocada” en alusión a la Fiscalía y Carabineros.
Por razones distintas, el diputado del Distrito 44, Enrique van Rysselberghe (UDI), calificó como “necesaria una comisión investigadora” y “llegar a los responsables”.
“Lo que hemos visto con la Operación Huracán es sin duda la última pesada herencia de este gobierno en materia de descontrol de la seguridad ciudadana y el terrorismo (…). El responsable político de coordinar la lucha contra el terrorismo del sur de nuestro país, de las policías, la ANI, la fiscalía, es el Gobierno. Por tanto, hay aquí una falla institucional que tiene por consecuencia la impunidad de los terroristas”, comentó el gremialista.
¿Real efectividad?
Este tipo de instancias no han estado ajenas a cuestionamientos, en especial, por su real efectividad.
En opinión de Daniel Ibáñez, presidente de la Fundación Participa, “los resultados de los informes finales carecen de fuerza obligatoria, por lo cual las responsabilidades políticas muchas veces se diluyen sin que exista sanción alguna”.
El analista cree que “no pasan de ser simples informes y las sanciones propuestas, muchas veces, se convierten en letra muerta”.
No obstante, Ibáñez cree que es necesario fortalecer las comisiones investigadoras. “A nuestro parecer se debe dotar de mayores facultades para citar a funcionarios y ex funcionarios de la administración, establecer la obligación del Ejecutivo de enviar, con urgencia legislativa, las modificaciones legales que sugieran los informes de comisiones investigadoras para hacer frente o dar solución a la problemática investigada”.
El abogado, Alberto Núñez, presidente de la Fundación Inclusión y Desarrollo, dijo que “las investigadoras forman parte de las actividades de fiscalización de los diputados” y “es necesario que se formen y formalicen, pues la opción de no hacer nada es el peor de los caminos”.
“Otra cosa es que se politicen y sean utilizadas como moneda de cambio para intereses partidarios o personales de operadores políticos”, comentó el abogado.
Agregó que “es necesario que al final del día la actuación de la comisión sea efectiva, es decir, corregir aquellos procedimientos o protocolos que permitieron el abuso o exceso, como un fin en sí mismo para evitar que se reproduzca lo objetado”.