Bajadas las revoluciones de la segunda vuelta presidencial, Marta Lagos, encuestadora, propone un análisis sobre los sondeos y su inapelable derrota en la escena pública.
Para Marta Lagos, encuestadora y fundadora de Mori Chile, el fallo de los estudios de opinión pública en las pasadas elecciones no responde únicamente a deficiencias internas, propias del desarrollo de sondeos complejos. Es más bien la expresión de una crisis general de las ciencias sociales en el país.
“Tenemos una ciencia que todavía no sabe qué diablos hace el electorado chileno”, afirma la especialista, al tiempo que retruca a Roberto Izikson, de Cadem, quien en una entrevista con Diario Concepción tildó sus opiniones de “inconsistentes”.
– Ha criticado la encuesta Cadem y Roberto Izikson alegó inconsistencias de su parte. Ahora y desde hace años.
– Lo está haciendo con una intencionalidad de desprestigiar. Eso lo hace generalmente la gente de derecha que dispara con el objeto de matar al mensajero. Yo no tengo ningún problema en tener una discusión sustantiva, seria, sobre los métodos. Las críticas que yo he hecho son sobre el método que utiliza Cadem. Nunca lo he atacado a él.
– ¿Qué sucede con su método en particular?
– El método que usa no es un método que se emplee para predecir el comportamiento electoral. Y lo dije en muchos medios. Si Roberto Izikson lograba anticipar el resultado de la elección con su método, entonces había 5 mil encuestadores en el mundo incapaces de encontrar un método tan rápido y barato como el de él, y se comprobó que no tiene un método. Se comprobó que en los dos casos que él dijo “esto va a suceder”, eso no sucedió. No tengo ningún problema con él, es un problema de métodos. Está usando un método equivocado, que no sirve de acuerdo a los estándares internacionales.
– ¿Hay encuestas de derecha e izquierda en Chile?
– No cabe la menor duda de que hay una diferencia en este país en la cobertura de una encuesta cuando viene de una persona que es cercana a los dueños de los medios y cuando no. Yo he sido contestataria, profundamente crítica, y critico sin preocuparme mucho de quién es la persona que crítico. Eso no es aceptado en este país.
– Y manipulación de resultados, ¿cree que ha existido en las encuestas?
– Hay una diferencia. Yo creo que ni Roberto Izikson (Cadem) ni Roberto Méndez (Adimark) ni el CEP hayan nunca manipulado sus datos, sin embargo sí creo que hay un tilde en las preguntas. No tanto en el caso de Méndez, pero sí en el caso del CEP e Izikson. Muchas de las preguntas que hizo Izikson eran simplemente preguntas malas.
– Y en cuanto a sus implicancias para la política, ¿qué efectos tienen estos estudios?
– Me parece que hay una utilización política de las encuestas, en el sentido de que si le está yendo mal a la reforma educacional, hagamos preguntas sobre la reforma, pero no para interpretar a la sociedad, sino para poner ese tema en la agenda y con eso fustigar al oficialismo.
– ¿Se extravió la razón de ser de las encuestas durante las elecciones?
– La encuesta está dirigida a influenciar en la agenda, ese es el objetivo, no es interpretar la sociedad, comprender los fenómenos sociales, monitorear lo que pasa y predecir elecciones. La encuesta está hecha para tener influencia en la agenda. Ahora, esa es una visión a corto plazo a mi modo de ver. Uno tiene influencia en la agenda en la medida de que es capaz de interpretar los fenómenos sociales y ponerlos en un contexto que haga sentido. Qué ha sucedido con la encuesta Cadem, que yo creo que le ha producido un daño brutal a la imagen de las encuestas. No solo no le acertó a las elecciones, además produjo una especie de cortina de humo respecto de lo que le pasaba al electorado, porque la gente estaba tan preocupada de ese numerito semanal, que no hubo ningún análisis sobre los 7 millones que no votan.
– ¿Existe alguna experiencia en el exterior que sea de utilidad para mejorar en estudios de opinión?
– En el mundo hay comunidad de pares. Eso debería haber en Chile. Hay que discutir. El hombre y la ciencia no funcionan a la solitaria y cuando yo traté de generar algo para compartir, aquí resulta que no se puede. Entonces uno dice al final… Ok, yo me dedico a lo mío, tú a lo tuyo, vamos a lo individual y destruimos la imagen de las encuestas. Me parece que es tradicional, premoderno. Cuando yo dije que la encuesta de Roberto Méndez era subdesarrollada se me tiraron todos encima. Pero yo no estaba atacando a Méndez, es una gran persona y por supuesto que no ha manipulado una encuesta nunca, pero el método que tenía era pobre, era barato.