El luto debe ser breve dicen en el hoy oficialismo, pues el trabajo que viene por delante será duro y de corte reconstructivo. Cómo pasar del Gobierno a la oposición lavando heridas es la gran pregunta.
Ser el Gobierno de una “nueva mayoría social” fue el objetivo que trazó en 2013 la entonces precandidata presidencial de la centro izquierda Michelle Bachelet.
La ex mandataria se aprestaba a liderar una coalición distinta, una amplia que superara a la exhausta Concertación, prestara oído a las necesidades de los movimientos sociales, pero que se construyera sobre la base de los partidos. Todos. Desde el comunista hasta el demócrata cristiano.
Hoy, a casi cinco años de esa frase fundacional, muchos ponen en duda la existencia de la Nueva Mayoría.
En primer lugar, por el hecho de que el conglomerado nació con vocación de Gobierno y ante la urgencia de competir con Sebastián Piñera.
En segundo, porque la fracción interna es tal, que como nunca antes optaron por llevar dos cartas a primera vuelta. Ello sumado al quiebre del eje parlamentario DC-PS.
En tercero y más importante, por la derrota del domingo. Alejandro Guillier no solo cayó ante a Sebastián Piñera, también expresó con su porcentaje una desafección crítica con las ideas del sector, desatando una crisis identitaria que ya no puede ser desestimada.
Reconstruir la Nueva Mayoría
Los líderes del sector prefieren pasar de respuestas taxativas, ya que aseguran que más importante que definir integrantes y un eventual nuevo encabezado, hay que apuntar a las convicciones.
Pero reconocen que Sebastián Piñera impactó -y tuvo éxito- al hablarle a una clase media distinta a la de los ‘90, una que valora el éxito individual por sobre otros elementos colectivos.
“Nos debe servir para interpretar lo que los chilenos somos hoy, que la movilidad social que nosotros propagamos tiene sus efectos y representación real en la sociedad, en donde lo que los ciudadanos buscan es seguridad, mantener lo que se han ganado con el mérito y el esfuerzo, y ante eso no están dispuestos a aventuras o algo que la haga perder lo avanzado”, sostiene Gastón Saavedra, socialista y diputado electo por el Distrito 20.
En su análisis, plantea que el sector se quedó con el discurso del siglo pasado, mientras que la ciudadanía optó por otras formas de concebir la realidad.
“No es que la gente se haya vuelto de derecha, tiene que ver con entender que no quieren vivir riesgos, proyectos de riesgo. Quieren ver cómo se sigue por un camino mesurado, de avances con bienestar. Tenemos que entender que los clivajes ricos-pobres, obreros-patrón ya no están más, hay otro tipo de relación donde el mundo joven está en la búsqueda de ser un emprendedor”, agrega el ex alcalde de Talcahuano.
Otro de los críticos es el senador PPD Felipe Harboe, quien afirma que los partidos deben alinearse ante el nuevo espacio que el sistema les propone y renovarse. En caso contrario, prepararse para “morir”.
“Acá lo más importante es que seamos de aquí en adelante un referente que tenga como esencia rescatar los valores del sector y que sea capaz de presentar un proyecto que haga plenamente compatible la idea de la protección social con el crecimiento. Hoy se ha instalado una dicotomía. La derecha dice: ‘La izquierda no permite crecer’. La izquierda dice: ‘La derecha es solo crecimiento’. Nosotros estamos en un intermedio, somos de centro izquierda, creemos en el crecimiento y en la protección social”, sentencia.
¿Y qué pasó en el Bío Bío, donde Piñera se impuso con más de un 58%? “No me cabe duda de que la falta de relato en la campaña, sumado a una deficiente capacidad comunicacional de las autoridades de Gobierno, derivaron en el resultado que obtuvimos”, señala Felipe Harboe.
¿Un nuevo referente para la centro izquierda chilena?
Quiénes caben en un nuevo conglomerado para la socialdemocracia chilena es una discusión que ya se está llevando adelante, considerando el impulso de un Frente Amplio que disputará la oposición a Sebastián Piñera.
“Tenemos que escuchar y pensar en una sector que responda al Siglo XXI, también poniendo de relieve el hecho de que el centro político en Chile hoy se ha reducido a la mínima expresión”, cree Gastón Saavedra.
En el nuevo conglomerado, según Felipe Harboe, uno donde nadie quede fuera, debe abordarse con fuerza la configuración de nuevos cuadros.
“Hoy no tenemos presencia en federaciones, estamos al margen en sindicatos, eso es muy importante. Es un problema por resolver, la desconexión de los partidos con la base social”, manifiesta el legislador, quien recalca que las conversaciones en el sector con miras al 11 de marzo se encuentran avanzadas.