Durante la mañana de este jueves, se realizó el cambio de mando donde el nuevo general director de Carabineros, Hermes Soto, asumió de manera formal en el cargo. Si bien, a la ceremonia celebrada en la Escuela de Carabineros asistió el Presidente Sebastián Piñera, el predecesor de Soto no fue visto en el lugar.
La razón de su ausencia, según el propio ex general director de la institución, fue que no lo invitaron a la tradicional ceremonia. “Esto ocurrió por primera vez. Lo importante es que estaba en mi interés participar. No me invitaron y se rompió un rito de una cultura institucional“, fueron las escuetas palabras que Bruno Villalobos entregó a La Tercera.
La situación fue llamativa para todos los presentes en la Escuela de Carabineros dado que, desde el retorno a la democracia, sólo en una ocasión un general director no se presentó a entregar el poder. En aquella ocasión, Eduardo Gordón protagonizó solo el cambio de mando debido a que su antecesor, José Alejandro Bernales falleció en un accidente aéreo en Panamá.
Si bien Villalobos no aceptó más preguntas de La Tercera, se especula que su ausencia responde a una decisión de la actual administración de Hermes Soto. Además, en el entorno del ex uniformado atribuyen lo sucedido a que desde La Moneda evitaron el encuentro entre Villalobos y Soto.
Es más, cercanos a Villalobos aseguraron que él presentó su disposición a participar del acto oficial, mas sólo pidió que se le confirmara con unos días de anticipación para que su familia pudiera acompañarlo. Desde aquella comunicación, no hubo más acercamientos.
Uno de los miembros del alto mando añadió que si bien pueden existir diferencias personales entre Soto y Villalobos, para la institución este tipo de situaciones sólo empañan los actos simbólicos de Carabineros, transmitiendo una mala señal hacia el exterior.
A pesar de que Sebastián Piñera no se refirió de forma directa sobre Villalobos, hizo alusión a la pasada administración durante la ceremonia al afirmar que vio “con mucha tristeza y preocupación cómo la imagen de esta noble institución se ha visto dañada y opacada por conductas altamente reprochables y reñidas por la ley y de su cultura”, donde añadió que “el daño es profundo, pero reparable, y una de las tareas más significativas será restablecer ese prestigio y confianza en la institución y en cada uno de sus efectivos”.