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Opinión

Derechos de las mujeres: avances bajo amenaza

¿Hasta dónde estamos dispuestas a permitir que se retroceda en derechos que costaron décadas de organización, denuncia y sufrimiento?

Por: Diario Concepción 28 de Noviembre 2025
Fotografía: Cedida

Sindy Salazar Pincheira
Abogada Colectiva Justicia en DD.HH.

¿En qué siglo vive un país donde una mujer que denuncia una violación, después de haber sido forzada a consumir alcohol, termina sancionada por haber “provocado” su agresión? No es una caricatura: así operó el reglamento disciplinario de la Armada en el caso de una suboficial abusada por su superior. La medida no prosperó por la intervención del Instituto Nacional de Derechos Humanos ante la Corte de Apelaciones de Valdivia, que rechazó la sanción y obligó a la institución a adecuar sus protocolos.

Dicho reglamento, que convirtió a la víctima en acusada y a la denuncia en falta disciplinaria, no evidencia solo falta de actualización. Se trata del germen del retroceso que, como maleza, echa raíces en las instituciones, aprovechando prejuicios normalizados, machismo en los espacios de toma de decisiones y falta de contrapesos ante la violencia institucional. Allí donde debería regir el derecho humano a una vida libre de violencia, a la igualdad y la no discriminación, persiste una lógica de control y dominio sobre los cuerpos de las mujeres.

Hace un par de días, el 25 de noviembre, conmemoramos el día contra la violencia hacia las mujeres, ad portas de una nueva evaluación internacional de la Convención de Belém do Pará. Cuando el mundo nos mira, y la región se debate entre avances y retrocesos, este caso nos recuerda algo esencial: que, como advertía Simone de Beauvoir, nuestros derechos nunca están definitivamente ganados sino que se defienden todos los días, en la letra chica de un reglamento interno, o en las grandes decisiones que definen el futuro del país.

Por eso, cuando escuchamos eslóganes que prometen “terminar con la ideología de género”, “devolver la libertad” o eliminar el Ministerio de la Mujer para “achicar el Estado”, la pregunta no puede seguir esquivándose: ¿hasta dónde estamos dispuestas a permitir que se retroceda en derechos que costaron décadas de organización, denuncia y sufrimiento? Porque si la “libertad” de la que nos hablan es la de los agresores, si las mujeres violadas vuelven a ser tratadas como culpables, entonces no es libertad sino la excusa perfecta para retroceder a un pasado que creíamos superado.

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