Opinión

Pandemia, ciudad, Constitución y republicanos

Por: Diario Concepción 09 de Septiembre 2023
Fotografía: Cedida

Dr. Aaron Napadensky Pastene
Laboratorio de Estudios Urbanos de la Universidad del Bío-Bío

Cuando el Consejo Constitucional ha empezado a votar las normas, resuena con fuerza por parte de la abrumadora mayoría republicana su defensa a las enmiendas por ellos levantadas, en tanto representantes de un sentir supuestamente mayoritario. En este sentido, muchos han tratado de explicar el fenómeno republicano, y mientras unos hablan de la teoría del péndulo y otros del efecto boomerang, los autocomplacientes dicen que el país se ha derechizado o que Chile siempre ha sido conservador, y los más audaces lo explican por un partido que ha sabido sintonizar con las demandas ciudadanas actuales. Sin embargo, y sin necesariamente contradecir estas teorías, me permito agregar una explicación más a un fenómeno que por cierto no tiene una única explicación, y es que este giro conservador se lo debemos al Covid. Jane Jacobs, en su libro “Muerte y vida de las grandes ciudades”, pedía más complejidad que claridad para los espacios urbanos. Manuel Delgado en su premiado libro “El animal público” decía: La ciudad no es lo urbano. La ciudad es una composición espacial definida por la alta densidad poblacional y el asentamiento de un amplio conjunto de construcciones estables, una colonia humana densa y heterogénea conformada esencialmente por extraños entre sí… y lo urbano, en cambio, es un estilo de vida marcado por la proliferación de urdiembres relacionales deslocalizadas y precarias, opuesta a cualquier cristalización, puesto que son fluctuantes, aleatorias y fortuitas. El estallido social y luego la pandemia nos obligó a parapetarnos al interior de nuestros hogares, esferas domésticas, predecibles y controladas, donde lo público quedó reducido al mínimo posible y las interacciones sociales, prácticamente desaparecieron. Los puntos de contacto con otros y nuestra posibilidad de experimentar la otredad, quedaron clausuradas. La pandemia eclipsó la esencia de la vida en la ciudad, su diversidad y la posibilidad de experiencias complejas, volviendo la escala de la vida demasiado íntima y familiar. Entonces, y por muy masificado y avanzado de nuestros recursos tecnológicos para la comunicación, en este devenir, nuestra vida social se volvió más primitiva, predecible y menos compleja.

Ya pasada la pandemia y vueltos a nacer a lo público hemos profundizado nuestro temor a toda experiencia que pueda crear complejidad o desorden, lo que, ayudado por los medios de comunicación, ha encuadrado el espacio público y lo público como lugar de lo inseguro e impredecible, que escapa a nuestro control y dominio, causándonos ansiedad y temor. La vida pública, que por definición es el espacio donde las experiencias que no controlamos toman lugar, en este tiempo post-pandémico nos resulta más amenazadora, disruptiva y dolorosa que antes. Esquivos a nuevas experiencias y ávidos de seguridad y control, volcamos nuestras miradas a quienes prometen domesticar y purgar la ciudad de lo urbano, simplificando la complejidad urbana, en un intento de domesticar lo público, volverlo predecible y controlable y, con ello, seguro y liberado de todo peligro.

La natural inclinación humana a controlar las amenazas y lo desconocido, metrizándolo en esquemas probabilísticos, domesticando lo impredecible, ya no solo se circunscribe a los fenómenos climatológicos y tectónicos, sino, y en parte por la pandemia, se ha expandido a todos los ámbitos de nuestra vida, pretendiendo llevar las leyes de lo doméstico a la vida social y lo público. Es más, según Bloomberg, este año ha sido uno de los mejores años en términos de nuevos clientes para la industria de los seguros en todo el mundo y especialmente en Latinoamérica, reforzando que Chile no fue el único país que vivió la pandemia, de ahí que tampoco sea el único donde los encuadres conservadores han avanzado. Todos hemos visto la expansión y respaldo ciudadano a líderes conservadores en EEUU, Europa y Sudamérica, sin embargo, si esto es en parte la expresión circunstancial de un tiempo postpandémico, como tal, pasará.

Etiquetas

Notas Relacionadas