Si tuviéramos la cuantificación de las pérdidas y daños materiales, lo lleváramos a una calculadora, más 8 a 10 presupuestos anuales de la región del Biobío, pues, cada que vez que tenemos estos eventos extremos, retrocedimos 10 años de progreso en infraestructura.
Dra. Ana Araneda
Consejera Regional
Presidenta comisión de medio ambiente
¿Existe dudas aún, sobre la estrecha relación entre los eventos extremos y cambio climático? Recientemente, sólo en la Región del Biobío, fuertes precipitaciones e isotermas cero muy altas, provocando desbordes de los ríos. No obstante, hace 5 meses, su antagónico; incendios incontrolables, temperaturas inimaginables, déficit hídrico, consecuencias lamentables, pérdidas de vidas e infraestructuras.
Si tuviéramos la cuantificación de las pérdidas y daños materiales, lo lleváramos a una calculadora, más 8 a 10 presupuestos anuales de la región del Biobío, pues, cada que vez que tenemos estos eventos extremos, retrocedimos 10 años de progreso en infraestructura.
Cuando estos eventos extremos nos golpean directamente como lo ha sido este año, nos hace sentido y preocupa, genera incertidumbres urgentes y básicas el acceso al agua, claro está, que mucha agua en invierno y poca agua en verano, los alimentos encarecen y nuestra calidad de vida empobrece.
El Estado y sus gobiernos deben prepararse a estos eventos climáticos extremos, que serán más recurrentes y que las ayudas subsidiarias no lleguen post desastre, como es de costumbre. Es hora de generar acciones concretas e inyectar los recursos necesarios para la prevención o mitigación en las ciudades y zonas rurales.
Chile, país isla, muy vulnerable al cambio climático, instala leyes marco, como la recién vigente, sobre de Cambio climático, o bien declara humedales urbanos, sin que haya planes o programas sustentados económicamente. Precisamente por nuestra diversificación geográfica, productividad y número de habitantes, la DESCENTRALIZACIÓN es y será por excelencia, la única oportunidad para que los gobiernos locales adopten sus propias medidas de prevención y resiliencia.
El gobierno Regional del Biobío, y su compromiso por trabajar estos grandes desafíos, ha tomado acuerdos mundiales como “Acción por el clima” que en la última cumbre mundial, poniendo a disposición la agenda de Carbono neutralidad 2050, que pone en acción una gobernanza regional, que aúna los esfuerzos del sector privado, publico, académico y capital social en búsqueda de soluciones locales con impactos globales.
La apuesta está en promover la infraestructura verde e ir dejando la gris, porque los eventos extremos, sólo han dando la bienvenida en la región. El desafío está en pensar un poco más allá de nuestra propia confortabilidad o mejor dicho subsistencia, sino más bien, (aunque ya es algo cliché) pensar en las próximas generaciones.