Opinión

Falta de agua seca la tierra: así no es fértil

Por: Diario Concepción 23 de Marzo 2023
Fotografía: Cedida

“El agua es la fuerza motriz de toda la naturaleza”, así definía Leonardo Da Vinci a este vital elemento esencial para la vida y el cual nos hace reflexionar en el Día Internacional del Agua.

El conmemorar esta fecha no es baladí, al contrario, nos invita a pensar profundamente sobre la relación entre el mundo líquido y la subsistencia misma del planeta, por ende de la humanidad.

No tenemos otro mundo, ni un repuesto para el que vivimos y la vida se constituye gracias a uno de los fenómenos más vitales en el planeta: El ciclo hidrológico o ciclo del agua. Evaporación, condensación, precipitación, infiltración y escorrentía mantienen la vida de la Tierra y sus habitantes, determinando la variación climática e interfiriendo en los niveles de lagos, mares, ríos y océanos, en un equilibrio natural dado por las leyes naturales.

Sabemos que la acción del hombre dentro de la tierra y su necesidad de sobrevivencia, sobre todo en los últimos dos siglos, ha afectado este círculo virtuoso vital, dejando huellas dramáticas dentro de nuestro planeta como sequías, inundaciones, hambrunas y otras catástrofes humanitarias producto del cambio climático.

En la comuna de Santa Juana, pese a su lejanía, también conocemos de estos cambios, los cuales comenzaron a ser vistos por nuestras abuelas y abuelos que en sus vidas fueron testigos de los resultados de plantaciones no reguladas de monocultivo y la sobreexplotación de tierras para el cultivo, acciones que desplazaron no parcial, sino completamente el escenario natural impuesto por la siempre sabia GAIA y que gracias a la ambición y la explotación de unos pocos lograron despojar a la flora y fauna que reinaba en el valle del Catiray.

Ese deseo vehemente por buscar la riqueza, no sólo obligó a nuestras familias originarias de sectores rurales a abandonar sus territorios, sino que paulatinamente nos fue secando, deshidratando la tierra en favor del pino y el eucalipto dejando kilómetros de frondas inertes donde nada crece excepto la especulación de algunos pocos, donde nada vive más allá de la ilusión de desarrollo, donde nada habita más allá de un sueño roto por salir de la pobreza.

Y el agua, escaseando. La falta de agua seca y la tierra seca no es fértil , pero sí combustible. Eso lo aprendimos no por los datos entregados desde hace muchas décadas por la academia, sino por la experiencia propia, como se aprende en los campos, en la ruralidad.

Ya en esta década hemos sufrido todos los años por el fuego y la falta de agua, ya sabemos que cada cinco años habrán incendios cada vez más feroces y que el elemento vital será cada vez más escaso.

Sólo este 2023, desde principio de este año convivimos tres meses con el fuego vivo, y con ello con el drama de miles de familias que aún quieren tener el derecho a vivir dentro de sus comunidades, en sus territorios y disponer de agua para beber. ¡Agua para beber! En pleno siglo XXI donde nos maravillamos con el avance de la realidad virtual y la ciencia, en nuestros sectores rurales, hoy, acceder a un vaso de agua requiere que nuestras personas mayores, que aún resisten en sus tierras, dispongan de al menos 800 metros de mangueras o planzas para obtener de una esquiva vertiente un poco de agua para que ellas y ellos, sus familias y sus amados animales tengan lo mínimo para lograr vivir un día más. Ahí la justicia y el derecho se diluyen como agua entre los dedos.

 

 

ANA ALBORNOZ CUEVAS

Alcaldesa de Santa Juana

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