Opinión

Un país para el futuro

Por: Diario Concepción 12 de Agosto 2022
Fotografía: Cedida

FLORENCIA ALVEZ MARÍN

Abogada-Colectiva Justicia en Derechos Humanos

 

Esta semana la revista Nature Climate Change publicó un estudio que afirma que el 58% de las enfermedades infecciosas se verán agravadas producto del cambio climático. Hace un año el IPCC (Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático de Naciones Unidas) publicó la tercera parte de su sexto informe.

En él se confirma que el cambio climático es generalizado, rápido y se está intensificando, y que para enfrentarlo se deben adoptar con urgencia medidas a nivel global y local. Ante este escenario, la Nueva Constitución es una oportunidad única de vestir al Estado con una norma que responda a los desafíos de este tiempo. Desde el artículo 1 se reconoce a Chile como un Estado ecológico, estableciendo el deber del Estado de equilibrar las actividades humanas con la naturaleza a través de todas sus instituciones.

El texto propuesto consagra un capítulo íntegro -el tercero- a la naturaleza y medioambiente, en el que se reconoce el valor de la naturaleza en sí misma y no solo por el beneficio que presta al ser humano.

Se establece el deber del Estado de promover la educación medioambiental y científica (art 127) y se incorpora como principio la solidaridad intergeneracional, instaurando que el equilibrio ecológico debe garantizarse también para las generaciones futuras. El artículo 129 se refiere al deber del Estado frente a los riesgos, vulnerabilidades y efectos provocados por la crisis climática y ecológica. Además, y esto ha sido abundamente abordado, incorpora un nuevo estatuto para las aguas.

Hace unos días un grupo de economistas internacionales publicó una carta respaldando la propuesta de Constitución, afirmando que asegura el crecimiento sustentable y la prosperidad compartida para Chile. Afirman que el texto fija un nuevo estándar global en respuesta a la crisis climática, inseguridad económica y desarrollo sustentable.

En un país como Chile, altamente vulnerable al cambio climático, con borde costero de baja altura, áreas áridas, semiáridas y bosques, susceptibilidad a desastres naturales, áreas propensas a sequía y desertificación, zonas urbanas con problemas de contaminación atmosférica y ecosistemas montañosos, considerar la forma en que nos vincularemos con la naturaleza en el futuro es un asunto que se debe decidir hoy

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