Esto mostrará el compromiso real de las naciones más ricas a hacer frente a esta crisis mundial, lo que actualmente no sucede.
Dra. Alejandra Stehr
Integrante PEE y DAAC de la UdeC
En medio de una de las peores olas de calor que ha vivido Europa, se desarrolló entre el 17 y 19 de julio el Diálogo Climático de Petersberg, el cual se realiza anualmente desde el año 2010 con representantes de alrededor de 40 países. En este encuentro se busca discutir los principales acuerdos de protección del clima y centrase en los preparativos de la Conferencia Mundial sobre el Clima COP27, la que este año se realizará entre el 7 y el 18 de noviembre en Sharm El Sheikh, Egipto. Los principales temas de discusión en el Diálogo Climático de Petersberg se centraron mitigación del cambio climático y la transición energética, adaptación y pérdidas y daños, además de finanzas del clima.
La guerra en Ucrania ha mostrado la estrecha relación entre la transición energética y la enorme dependencia al gas ruso de Europa, lo que claramente afectará el plan trasado para disminuir las emisiones y así lograr la carbono neutralidad. Lo anterior implica que se debe reducir la dependencia de los combustibles fósiles y apoyar a los países más pobres para que transiten hacia la utilización de fuentes de energía sostenibles con el fin de limitar el calentamiento global a 1,5 ºC hacia mediados del siglo. En un principio, se había establecido una meta de contribución de los países industrializados de 100.000 millones de dólares anuales para financiar proyectos climáticos en los países más pobres del Sur Global, lo cual en la COP26 quedó claro que no se cumplió, fijándose ahora como nueva meta el año 2023, donde en la COP27 se debería verificar si se vamos por buen camino o fallaremos nuevamente.
¿Por qué es esto tan importante? Esto mostrará el compromiso real de las naciones más ricas a hacer frente a esta crisis mundial, lo que actualmente no sucede. De hecho, el Secretario General de la ONU, Guterres en su discurso indica “Lo que más me preocupa es que, al enfrentarnos a esta crisis mundial, no estamos trabajando juntos como comunidad multilateral. Las naciones siguen jugando al juego de la culpa en lugar de asumir la responsabilidad de nuestro futuro colectivo. Tenemos que demostrar en la COP27 que está en marcha una revolución de las energías renovables”.
Como se puede apreciar tenemos grandes desafíos para COP27, sobre todo que debemos pasar de las palabras a la acción si queremos llegar realmente a la meta de 1,5 ºC