Opinión

Abril, el mes de los libros

Todos los datos indican que ha aumentado el comercio electrónico del libro durante la pandemia. Distinto es, como señala los especialistas, que esto signifique el fin del libro impreso y el reemplazo por el libro digital.

Por: Diario Concepción 06 de Abril 2022
Fotografía: Cedida

Pablo Gaete Villegas
Magíster en Arte y Patrimonio UDEC
Director de Balmaceda Arte Joven Biobío.

Luego de los 2 años más complejos de la pandemia, la industria del libro, desde las grandes editoriales, las multinacionales, hasta las más pequeñas e independientes; junto las asociaciones de libreros, han comenzado a realizar sus primeros balances de lo que se pensó pudo ser el colapso final del libro impreso. Desde la invención de la imprenta en 1440, atribuida al alemán Johannes Gutenberg y considerado como uno de los hitos que da comienzo a la Edad Moderna, nunca antes el libro había estado más amenazado que en estos tiempos de internet, tecnologías de la información, redes sociales y globalización.

Como era de esperar, los balances de la situación mundial de la industria editorial son muy diversos. Mientras en España los primeros informes dan un respiro optimista, hablando incluso del “milagro de los libros”, cuando nadie vaticinó que la familia lectora crecería con la crisis del coronavirus. Antes del confinamiento los lectores frecuentes eran un 50%, y ascendió́ hasta el 54% con la reclusión. La lectura digital creció́ en diez puntos (casi la mitad de los libros que se leyeron fue en este soporte) y la brecha de género se amplió́ más todavía: el 66% de las mujeres se reconocieron lectoras, frente al 48% de hombres. “La gente ha descubierto en el confinamiento que las series por streaming no dan para más y han vuelto a los libros, el producto cultural más diverso y plural”, sostienen desde la Federación de Gremios de Editores de España.

En América Latina y en particular en nuestro país, la lucha por la subsistencia de librerías y editoriales viene desde antes de la pandemia. Un referente en Chile es la Asociación de Editores Independientes, Universitarios y Autónomos, que ya cumple 20 años como gremio, este colectivo continúa trabajando colaborativamente para incidir en las políticas públicas del libro y la lectura. Entre sus más de 100 integrantes existen algunas editoriales grandes, pero el 93 % de ellos se declara pequeñas y medianas empresas. Respecto a la situación de sus asociados en pandemia, su directora señala que, en cuanto a las ventas de libros en el sector editorial independiente “se pudo observar una disminución del 7% en el 2020 con respecto al año anterior. Una gran mayoría de las editoriales (80%) tuvo que hacer algún tipo de disminución, como dejar de publicar libros, terminar o modificar contratos de colaboradores, acogiéndose a la ley de protección del trabajo o tuvo que dejar el espacio físico de la oficina como gasto recurrente. Un dato muy interesante es que en el 2019 el 43,3% contaba con libros en formato digital y en el 2020 aumentó al 77%.”

Todos los datos indican que ha aumentado el comercio electrónico del libro durante la pandemia. Distinto es, como señala los especialistas, que esto signifique el fin del libro impreso y el reemplazo por el libro digital. Y que los nuevos dispositivos tecnológicos, como Kindle y otras plataformas de contenidos digitales, serán un complemento y la oportunidad de aumentar la comunidad de lectores a nivel mundial.

El próximo 23 de abril es el Día Mundial del Libro, fecha en que UNESCO, en homenaje a Cervantes, Shakespeare y Garcilaso de la Vega, decidiera rendir un homenaje universal a los libros y autores alentando a todos y todas a descubrir un libro, y dejar que “las palabras que se escapan de las páginas te acaricien, te toquen con sus propias manos y te acompañen en la maravillosa aventura de recorrer el mundo con tu propia imaginación.”, como tan bellamente lo expresa el escritor Eduardo Galeano. Entretanto, ya hay voces que hablan de considerar abril como el “Mes del Libro”, una muy buena idea que puede significar en parte la recuperación de la industria editorial, el aumento de las ventas de libros y el fomento de los hábitos de lectura en todos los sectores y comunidades de nuestro país. Así como eliminar el IVA al libro puede ser también una medida en la misma dirección.

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