Una mirada rápida a la teoría del bienestar de Martin Seligman (2011) nos entrega la capacidad para analizar cómo vamos como personas o equipo.
Claudia Pavez Souper
Periodista, magíster en Desarrollo Organizacional y Dirección de Recursos Humanos
Cada persona sabe qué quiere lograr y cómo define su nivel de éxito. Una mirada rápida a la teoría del bienestar de Martin Seligman (2011) nos entrega la capacidad para analizar cómo vamos como personas o equipo. Establece un modelo de medición que denomina PERMA, que es una sigla en inglés que contiene los siguientes elementos: emoción positiva, entrega o compromiso, sentido o propósito, relaciones positivas y logros.
Estos elementos los llama esenciales y consisten en vivir de manera placentera, felicidad y satisfacción con la vida; en que el tiempo vuele mientras estamos absortos en una tarea; estar al servicio de algo más importante que uno mismo o sentir que hay algo valioso y más grande como impacto de mi trabajo; el perseguir logros o dominar nuestro entorno, y, por último, el entender que los momentos positivos de nuestras vidas ocurrieron siempre en relación con otras personas. Aún debemos agregar ingredientes adicionales: autoestima, optimismo, resiliencia, vitalidad, autodeterminación y relaciones positivas.
Y para trabajar en la mejora de nuestro bienestar, podemos medirlo y conocer el impacto de nuestras acciones en la vida personal, familiar o corporativa. El destacado profesor Seligman nos enseña que las cinco características centrales deben estar todas presentes y, de las adicionales debiéramos pensar en lograr el estado de bienestar con al menos la presencia de tres de las seis mencionadas.
Para llegar a esta teoría, Seligman acudió a una medida de positividad que conocemos gracias a las investigaciones del matemático y psicólogo chileno, Marcial Losada, quien estableció internacionalmente la Losada Line o Losada Zone, así podemos medir si un equipo es de alto o bajo desempeño evaluando la relación entre las acciones y comentarios positivos versus los negativos. Esa relación es de 2.9 positivos por 1 negativo en un equipo de alto desempeño, en el que se abren las emociones, disminuyen los temores, pues con miedo al jefe las personas dentro de las organizaciones cometen más errores.
En la vida familiar esta relación es de 5 gestos o palabras positivas contra 1 negativa, así es que es hora de que nos midamos, de que estudiemos como estamos por casa y por la pega para ver si vamos camino al bienestar o estamos sometiendo a nuestro entorno a un estilo de vida negativo que genera bajos desempeños y por tanto poca sensación de bienestar.