Opinión

Educación en pandemia. Una mirada regional

Ojalá que el proceso constituyente y los proyectos políticos que postulan a la presidencia de la república en la actual coyuntura electoral, consideren que, sin desarrollo sostenido de la educación pública y la cultura en los territorios, valorando la riqueza espiritual de su diversidad, será complejo reconstruir comunidad y reparar las heridas de una sociedad fragmentada como la nuestra.

Por: Diario Concepción 01 de Diciembre 2021
Fotografía: Pablo Gaete

Pablo Gaete Villegas
Profesor de Historia y Geografía
Magíster en Arte y Patrimonio UdeC
Director de Balmaceda Arte Joven Biobío

El Observatorio Social de Educación es un espacio integrado por representantes de la sociedad civil que asumen la responsabilidad de aportar al desarrollo y mejoramiento de la Educación Pública en nuestra región, desde un enfoque participativo, territorial e inclusivo. La instancia fue creada a partir de la experiencia desarrollada en el programa Sistema Territorial de Educación por la Universidad del Biobío en 2013, cuyo propósito fue contribuir a mejorar los indicadores de formación de las y los habitantes de la región del Biobío, articulando territorialmente establecimientos de educación de diferentes niveles. Al finalizar dicho programa, ejecutado por el entonces Centro de Estudios Urbano Regionales CEUR, se fusionó el Observatorio Prospectivo y el Consejo Publico Privado dando origen al actual Observatorio Social de Educación que ha continuado su labor al alero de la UBB.

Recientemente, esta entidad ha dado a conocer un estudio exploratorio basado en la “Encuesta de Percepciones de Enseñanza Aprendizaje en contexto de Pandemia”, la que fue respondida por más de mil integrantes de la comunidad educativa entre docentes, apoderados estudiantes y directivos de diferentes establecimientos públicos y privados mayoritariamente urbanos (94%) de la Región del Biobío. El proceso de muestreo se realizó vía formulario electrónico y se distribuyó a través de correos y redes sociales entre agosto y octubre del presente año. Un 65% de establecimientos públicos, 29% de particulares subvencionados y un 6% de colegios privados fue la dependencia institucional de quienes respondieron la encuesta. Otro elemento significativo de este estudio es su representatividad, dado que recoge la opinión mayoritaria de los y las docentes (50%) pero también incluye la opinión de otros actores no siempre considerado en estos análisis, como son los padres y apoderados (18%), directivos (10%) asistentes de la educación (7%) y por su puesto los estudiantes que aparecen con un 15% del total de los encuestados. Entre sus resultados y conclusiones preliminares cabe destacar que un alto porcentaje responde que considera “necesario y muy necesario la capacitación tecnológica y el apoyo psicológico”.

Respecto a la consulta sobre “disposición de apoyo y ayuda” durante el periodo de pandemia se menciona mayoritariamente el de la familia y los docentes, a quienes se reconoce “capacidad de trabajo en línea” con un 60%.

Es igual de interesante ver los porcentajes relativamente homogéneos en relación a los formatos, cuando se pregunta por el futuro: ¿Cómo continuar la educación post pandemia? Aquí un 44% responde por la opción “totalmente presencial”, el 40% se inclina por un “sistema hibrido” y un 16% por que sea “totalmente on line”. Finalmente, la conclusión más significativa y preocupante de este estudio; y que incorporara enormes desafíos al sector educación es que existe una percepción mayoritaria de las comunidades educativas que se ha aprendido menos (60%) y muchos menos (11%) durante la pandemia.

Ojalá que el proceso constituyente y los proyectos políticos que postulan a la presidencia de la república en la actual coyuntura electoral, consideren que, sin desarrollo sostenido de la educación pública y la cultura en los territorios, valorando la riqueza espiritual de su diversidad, será complejo reconstruir comunidad y reparar las heridas de una sociedad fragmentada como la nuestra.

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