Otra vez ¿Les causa sorpresa lo que está ocurriendo en el municipio de Vitacura?
Claro ahí no deberían existir razones para que las autoridades cometan irregularidades. Todos están bien pagados y existen recursos suficientes como para no tener que preocuparse del día a día o de cómo llegar a fin de mes sin tener que hacer “malabares” o “bicicletear” a los proveedores.
Pero Vitacura nos muestra una vez más que el sistema Municipal requiere muchísima más atención que dar todo por sentado.
Hay al menos tres sistemas de control en los municipios que deberían cubrir buena parte de los posibles problemas.
Existe en toda municipalidad una unidad de control que tiene, entre otras, la función de controlar la ejecución financiera y presupuestaria municipal, y presentar al Concejo los déficits que se adviertan. Si esto no se corrige, por inacción del alcalde o negativa de los concejales, serán, esas autoridades, solidariamente responsables de dichos déficits pudiendo haber acción pública para reclamar el cumplimiento de esta responsabilidad.
Sigamos con la Contraloría, que ejerce su acción de control a requerimiento de alguien interesado en un caso específico o por planificación propia. Además, existe un volumen importante de información contable y financiera que envían los municipios a Contraloría y que podría servir de base para detectar posibles fraudes, malversación y otras irregularidades. Su manejo requiere tecnología y voluntad; por ejemplo, usando los datos aportados por los municipios, hacer el cálculo de caja inicial y deuda exigible enviando a los concejos municipales las diferencias que se detecten a comienzos de cada año. Ya sabemos que existen municipios que manejan déficits por años, respecto de lo cual todos los órganos de control miran para el lado.
Por último, los Concejos Municipales que tiene carácter normativo, resolutivo y fiscalizador. Y en este rol la ley establece diversas acciones, desde fiscalizar las actuaciones del alcalde, las unidades y servicios municipales e incluso evaluar la gestión del alcalde de turno. Mas aún, la ley indica diversas responsabilidades de los concejales respecto a la administración financiera de los municipios, incluyendo la ya comentada responsabilidad solidaria si no hay corrección de los déficits. Con suerte alguien alguna vez fiscalizó en Vitacura. Casi podría apostar que eran todos del mismo sector político.
Las responsabilidades pueden ser compartidas, pero claramente existe una mayor responsabilidad de concejales que incumplen sus funciones al no fiscalizar lo que ocurre al interior de los municipios, sobre todo cuando los alcaldes son del mismo color. Pero también incumplen su rol al no alzar la voz cuando existen informes contundentes de Contraloría o avisos claros de la dirección de control interna. Ahí radican los principales cambios que deben hacerse, incluyendo la necesidad de que exista posibilidad de acción ante los tribunales electorales por parte de la ciudadanía organizada cuando los concejales no quieren hacer nada.
Jorge Condeza Neuber
Ingeniero Comercial.