Opinión

Acuso

Por: Diario Concepción 24 de Agosto 2021
Fotografía: Jorge Condeza

La Contraloría utiliza varias fórmulas para determinar el déficit o superávit en la ejecución de algún presupuesto público. Sus sistemas van de los más general a lo más estricto y con ello determinar si los balances y presupuestos dan buena cuenta de la situación económico-financiera de la institución.

Algunos requisitos básicos son que estas cifras sean las oficiales, que las operaciones contables sean oportunamente contabilizadas y que obviamente no exista fraude; pero las fórmulas que se aplican, a nivel devengando o a nivel de lo efectivamente percibidos y pagado, son iguales en todas partes. En resumen, estando los datos correctos la Contraloría dice sume A+B y réstele C y la ley es clara, existiendo déficits, son responsables las autoridades de cada institución, incluyendo responsabilidad civil en el caso de los municipios.

Aplicados estos asuntos de aritmética simple a los balances y presupuestos de algunos municipios nos encontramos, por ejemplo, que Jadue en Recoleta administraría presupuestos deficitarios en gestión municipal, salud y educación. Sumando los tres, la cifra supera los $6.000 millones el 2020 sin que el uso de ingresos ficticios logre esconder el tema. En Estación Central, en la época de Delgado, se inventaban ingresos para no reconocer el hoyo financiero que tenía en su administración. Posiblemente más de $7.000 millones solo en gestión municipal el 2020 y los datos contables mostrarían una eventual malversación. En la Corporación Municipal de Valparaíso (Sharp), la Súper de Pensiones informa que llevan meses sin pagar la previsión, asunto declarado en la ley 18.695 como abandono de deberes. En Maipú, usando las mismas normas de Contraloría y sin saber si los balances son inventados (tampoco pondría las manos al fuego en los otros municipios), el déficit, en gestión municipal, es cercano a $1.100 millones el 2020 (después de tres años seguidos de superávit).

Pero algo extraño ocurre con todo esto. Solo el caso de Maipú es noticia. El alcalde entrante, sin informe de CGR o auditoria, acusó recibir el municipio con un déficit de $43.000 millones e inmediatamente aparecieron las noticias recordando los ositos de peluche o el kiki challenge. Nadie preguntó a Vodanovic donde están los datos que avalan ese cálculo (puede que existan). Nadie puso en duda la cifra. Y así se informó.

¿Existen medios parciales que solo ven parte de los problemas? ¿Es solo coincidencia que poco dicen de los casos donde hay hombres, con cierto poder, con posibilidad de avanzar en la política o que podrían defenderse con un discurso más agresivo? ¿Por qué se magnifican más los casos de políticas que de políticos? Los casos son iguales. Nada hay diferente. ¿O no es noticia que el exalcalde Delgado, hoy ministro del Interior, haya dejado un hoyo en el Municipio que administró por más de una década, quedando hasta la luz impaga? ¿De verdad?

No defenderé a Cathy Barriga, a quien denuncié en varias ocasiones – y quizás Vodanovic vio algo que no está en los libros- pero definitivamente aquí hay un doble estándar provocado por un interés particular, sesgo de género o quizás miedo, no lo sé, pero veo que algunos sucumben ante el poder de algunos y se abstienen de usar el propio y penosamente se restan de informar la verdad, toda la verdad. ¿Alguien sentará en el banquillo a los que he nombrado o no es parte de la línea editorial?

Jorge Condeza Neuber
Ingeniero comercial

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