Opinión

Descentralización y el derecho a la ciudad (I)

Al contrario de la tendencia internacional, nuestro país mantiene altos niveles de centralismo, prueba de ello es la inédita elección de autoridades regionales, con limitado traspaso de competencias y casi nulo acceso a recursos, que siguen dependiendo de la decisión central.

Por: Diario Concepción 11 de Marzo 2021
Fotografía: Cedida

Susana Herrera Quezada
Arquitecta.

Ad Portas de la elección de constituyentes, autoridades comunales y gobernadores regionales llama la atención lo poco que se mencionan conceptos como Desarrollo Territorial, Construcción de ciudad y hábitat. Todos conceptos a mi parecer, fundamentales para la construcción de tejido social, algo fundamental para el desarrollo social y la sana convivencia entre los habitantes de un país.

Al contrario de la tendencia internacional, nuestro país mantiene altos niveles de centralismo, prueba de ello es la inédita elección de autoridades regionales, con limitado traspaso de competencias y casi nulo acceso a recursos, que siguen dependiendo de la decisión central. Otro indicador que demuestra nuestro marcada concentración del presupuesto nacional, es el bajo gasto del Estado en los gobiernos locales, no superando este el 24% del gasto total del gobierno.

La idea del Estado unitario, consagrada tanto en la Constitución de 1925 como en la de 1980, no ha logrado generar un camino a la Descentralización efectiva, quizás por la desconfianza del mundo político y las élites, concentradas en la capital, con las regiones y la importancia que estas pueden alcanzar luego de un traspaso real de competencias y recursos.

Es significativo que cuando se habla del rol del Estado, la dicotomía parece ser siempre el tamaño de éste, pero no su grado de eficiencia, y es la Descentralización la mejor forma de administración según todos los estudios sobre el tema, pues incentiva las economías a escala y la competencia entre las regiones.

La Descentralización es importante en una democracia sana, para que finalmente la ciudadanía tenga la participación en las decisiones sobre el crecimiento de la ciudad, acompañada por la administración pública. Como en tantas economías desarrolladas, el privado genera iniciativas, pero siempre dentro de un marco claro y regulado para generar estabilidad pero también es el estado quien toma la posta con equipos altamente eficientes y capacitados con una visión de mediano y largo plazo para planificar un ordenamiento inclusivo, socialmente equilibrado y ambientalmente justo, garantizando el cuidado de los sistemas de soporte biofísicos, la equidad en la distribución de las cargas y beneficios tanto en territorio terrestre como marino.

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