La ciudadanía parece haber depositado en el proceso constituyente todas sus esperanzas, sus sueños, sus anhelos y fuerza para superar muchas frustraciones y sentidas injusticias o abusos desatendidos por la indolencia de la política, por mucho tiempo.
Augusto Parra Ahumada
Presidente Fundación República en Marcha
El Chile que se expresó este 25 de Octubre en las urnas, parece representar una una nueva geografía de ciudadanos que no tienen necesariamente un domicilio político definido, que a optado por la democracia y una vía pacífica e institucional para superar las horas más difíciles para la convivencia nacional. La ciudadanía parece haber depositado en el proceso constituyente todas sus esperanzas, sus sueños, sus anhelos y fuerza para superar muchas frustraciones y sentidas injusticias o abusos desatendidos por la indolencia de la política, por mucho tiempo.
Siento que todo esfuerzo prematuro por intentar explicar la voluntad tan mayoritariamente aplastante de la ciudadanía puede caer en el error de la arrogancia y si en los primeros párrafos incurro en ese pecado ofrezco mis disculpas.
Creo la geografía del nuevo Chile ofrece más dudas que respuestas.
En lo personal desde la mirada de quienes sentimos reserva ante las tentaciones refundacionales, así como de las conservadoras y apreciamos las reformas con gradualidad en la lógica de concurrir en la búsqueda de cuerpos legales e instituciones que fluyan y se adapten a los permanentemente nuevos desafíos y paradigmas, hoy para abordar una transición a un desarrollo integral, inclusivo, sostenible y cohesivo que amalgame un futuro común en un Chile fracturado.
Desde la humilde derrota que no reniega de sus ideas de gradualidad y desde algunos sentidos temores y reservas agradezco a Chile su fuerza y su fé inspiradora en un nuevo Chile al que todos estamos convocados para aportar para modelar y construir con las manos de todos.
En lo personal aspiro a uno descentralizado, desconcentrado, inclusivo, moderno que pase en materia de políticas y finanzas públicas de la intuición a la precisión, dotado instituciones que ofrezcan una mejor capacidad de respuesta una que aporte a la cohesión, la paz social y la gobernabilidad, una que ofrezca mayores derechos sociales y seguridades ante las amenazas siempre capaz de propender a asegurar mayor equivalencia en la asignación de bienes públicos, que también sean de calidad en un marco de certeza jurídica y reglas claras, que ponga la inversión y la producción como principios, el crecimiento como medio insustituible para la generación de riqueza y una distribución eficaz como fin e imperativo ético, siempre en un marco de responsabilidad fiscal y que ponga a recaudo la libertad y los derechos de toda forma de abuso y arbitrariedad, promoviendo el desarrollo sostenible y acompañando la lucha contra la emergencia climática.