Debemos creer de verdad en el potencial de las personas, para lograr que nuestra empresa sea un lugar de aprendizaje y desarrollo, de crecimiento.
Claudia Pavez Souper
Periodista, Magister en Desarrollo
Organizacional y Gestión de Personas (c)
Pandemia, convulsión social, cambio constitucional, delincuencia, inequidades. La lista de temas o situaciones ambiguas que nos complican, generan incertidumbre o vulnerabilidad en este ambiente son muchas más y algunas aún no las conocemos. Para qué vamos a analizar las estadísticas, pero el nivel de desempleo actual, las empresas que están reduciendo presupuesto por que no han podido funcionar o por la caída brutal en las expectativas es tan fuerte que es mejor pensar en poner el hombro y apoyar.
Cuando el mundo pinta tan negro, lo único que puede movernos a levantarnos y motivarnos, a dar nuestro 200 por ciento o entregarnos por completo en una labor es que le encontremos sentido a lo que hacemos, que sintamos nuestro aporte como algo significativo para nuestra empresa o el mundo. Debemos creer que este trabajo nos permite avanzar hacia nuestro propósito personal; debemos permitirnos llevar nuestras emociones y racionalidad juntas al trabajo, así cada uno de los colaboradores se sentirá dueño de sí mismo, como ser integral capaz de darlo todo.
Es cierto que cada uno llega a su lugar de trabajo para cumplir con sus tareas por las que le pagan un sueldo a fin de mes, de tal manera de cumplir con la transacción; pero si lo que buscamos es un lugar en que los colaboradores “florezcan”, sean creativos e innovadores y tengan el mejor desempeño posible debemos intentar alcanzar los grandes desafíos del mundo de la gestión de personas de los próximos años y que apuntan hacia la creación de una fuerza de trabajo sustentable, el balance entre la vida privada y el trabajo, y el bienestar en su máxima expresión.
Por eso, lo que necesitamos es lograr el calce perfecto entre el propósito de la compañía y el de cada uno de sus integrantes. Así podremos sacar todo el potencial de cada uno, ser sustentables y por cierto generar cohesión, compromiso con el propósito común; aunque quizás lo más relevante por estos días de extrema incertidumbre sean la esperanza del éxito y la resiliencia que produce esta búsqueda del sentido de los negocios en la que también resulta ya evidente a la luz de las investigaciones de la Universidad de Harvard que además trabajar con un propósito común nos ayuda a mejorar el clima laboral y tendrá directa relación con los resultados de negocios, es decir con nuestras utilidades y con el valor agregado de nuestros productos o servicios.
El propósito ya existe dentro de nuestra organización, sólo es necesario descubrirlo haciendo preguntas poderosas, escuchando y reflexionando junto a nuestro equipo de trabajo, esto permitirá que todos se sientan parte y ganen algo de autonomía. Nos daremos cuenta de lo bien que nos irá dentro de la empresa y para fuera el efecto será mejor aún… sólo no olvidemos que el propósito debe ser auténtico y debemos creer de verdad en el potencial de las personas, para lograr que nuestra empresa sea un lugar de aprendizaje y desarrollo, de crecimiento.