Opinión

Lo(s) público(s)

Hoy por hoy, e independiente del rubro, se hace urgente reivindicar el poder y vitalidad de los públicos.

Por: Diario Concepción 12 de Octubre 2020
Fotografía: Aileen Chales-Aoun

Aileen G. Chales-Aoun
Socióloga
Académica Universidad de Concepción

En marzo de este año tuvimos la oportunidad de presenciar uno de los espectáculos públicos más concurridos de la Región del Biobío: el Festival REC brotaba por los patios y baños del mall, la explanada del TBB y los pastos y food trucks del Parque Bicentenario, derrochando juventud y alegría en esos nublados días del aún verano. Quién iba a pensar hace meses atrás que, lugares tan concurridos, iban a estar hoy vacíos.

Hoy por hoy, e independiente del rubro, se hace urgente reivindicar el poder y vitalidad de los públicos. Ya sea en un concierto de música, en obras de teatro e incluso -siendo generosos- en salas de cine comercial, y a ojos de cualquiera, nos damos cuenta del imprescindible rol que cumplían en cada una de esas actividades. Sin duda, y sobre todo, en las artes escénicas y música, los públicos representan gran parte del trabajo creativo siendo, muchas veces, el fin y el medio. El arte y la parte.

Este hecho se confirma cuando, en pleno peak de aplicaciones de despacho y rebrote de plataformas de videollamadas, las producciones audiovisuales no logran convencer a las audiencias quienes, ni tan cómodas sentadas en los livings de sus casas, bostezan viudas de la añorada presencialidad. Y es innegable los esfuerzos que ha hecho el mundo artístico por seguir llegando a las personas por medio de la virtualidad, por llevar el arte a la puerta de la casa, a la facilidad del click. Son miles los y las artistas y trabajadores de la cultura en general -la mayoría precarizados desde el origen de los tiempos- quienes vuelven a dar cara y renovarse con tal de no defraudar a sus más fieles concurrentes y de sumar visualizaciones que, algún día de la nueva normalidad, se representen en personas que vuelvan a llenar las butacas y palcos de salas, teatros y espacios culturales.

Porque por más contenidos digitales que se (re)produzcan, y por más partidos de fútbol que se jueguen a puertas cerradas, a estadios vacíos, la actividad sociocultural nunca podrá ser reemplazada por la pantalla. Los streamings no son obras de teatro, los emojis no son emociones, los likes no son aplausos y, por cierto, y para desgracia de algunos, los bots no votan.

Derrotada la pandemia, los seres humanos volverán ansiosos a colmar los espacios que les pertenecieron alguna vez y que fueron arrebatados por el virus; desde bares y casinos hasta parques y reservas naturales, desde oficinas hasta aulas. Más temprano que tarde, las barras volverán a los estadios, las audiencias volverán a sus butacas y el pueblo volverá a la calle.

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