Opinión

Ley Nacional del Cáncer: una luz de esperanza, colaboración y solidaridad

Esta ley nos brinda una oportunidad como país, para dejar de lado el personalismo, la división y la polarización, llevándonos a enfrentar esta cruel y terrible enfermedad.

Por: Diario Concepción 07 de Septiembre 2020
Fotografía: Cedida

Manuel Barría Paredes
Profesor de Derecho Civil de la Facultad de Ciencias Jurídicas y Sociales
Universidad de Concepción

El pasado miércoles 2 de septiembre, se publicó en el Diario Oficial la Ley Nacional del Cáncer. El objetivo de esta ley es “establecer un marco normativo para la planificación, desarrollo y ejecución de políticas públicas, programas y acciones destinados a establecer las causas y prevenir el aumento de la incidencia del cáncer, en cualquiera de sus manifestaciones, formas o denominaciones, el adecuado tratamiento integral y la recuperación de la persona diagnosticada con dicha enfermedad, conforme a lo establecido en el Plan Nacional del Cáncer, así como crear un fondo de financiamiento adecuado para lograr ese objetivo”.

Dicha ley nos da una luz de esperanza, que con efectivas políticas públicas se pueda diagnosticar, tratar y recuperar a las personas que sufren esta enfermedad, que no distingue raza, color ni estrato social en su iniciación, pero que pronostica resultados menos favorables en los más desposeídos.

De ahí, entonces, la importancia de la colaboración entre el Estado, las Universidades y la Sociedad Civil. El rol del Estado se manifestará en la elaboración del plan, que tendrá por objetivo establecer, principalmente, estrategias y líneas de acción para enfrentar el diagnóstico, tratamiento, rehabilitación y cuidados paliativos del cáncer, con un enfoque de atención integral de la persona afectada y de su familia. De la misma forma, a través del Ministerio de Salud fomentará la investigación científica, clínica y de salud pública en cáncer y, por su parte, el Ministerio de Ciencia y Tecnología generará instancias, de diálogo y coordinación, con la comunidad científica y las instituciones de educación superior que realicen investigación en esta enfermedad.

Por lo tanto, el rol y la participación de las Universidades será fundamental, para realizar investigación científica en esta materia y que sus resultados se traduzcan en eficaces propuestas de prevención, diagnóstico, detección y vigilancia de esta enfermedad. Estas investigaciones se financiarán con el “Fondo Nacional del Cáncer”, que estará integrado por los aportes que se asignen en la ley de presupuesto, la cooperación internacional y los aportes que provengan de la sociedad civil.

Es ahí, entonces, en donde personas naturales y jurídicas pueden contribuir, puesto que a través de donaciones, herencias o legados pueden incrementar este Fondo, con importantes beneficios tributarios, pues en ciertos casos podrán rebajar dicha donación como gasto y estarán liberadas del trámite de la insinuación. Por su parte, la donación, la herencia y el legado estarán exentos del impuesto a la herencia y donaciones.

En resumen, esta ley nos brinda una oportunidad como país, para dejar de lado el personalismo, la división y la polarización, llevándonos a enfrentar esta cruel y terrible enfermedad con la colaboración de diversos estamentos, fomentando la solidaridad entre todos los integrantes de la comunidad nacional.

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