Opinión

Hacia una nueva Constitución

Por: Diario Concepción 31 de Octubre 2019
Fotografía: Archivo

Renzo Galgani Fonseca
Vicepresidente Nacional Partido Progresista de Chile

Elaborar en este momento una Nueva Constitución permitiría, primero, abordar el conjunto de demandas ciudadanas, pues significa reconstruir desde los cimientos el cuerpo legal que rige a la nación en todos sus aspectos. Pero éste camino no está libre de escollos, pues el orden constitucional actual bloquea los mecanismos para realizar un cambio total de la Constitución. Sin embargo, está presente en la norma la posibilidad de que el Congreso Nacional o el Presidente de la República llame a una Asamblea Constituyente (AC), con la cual la ciudadanía puede ejercer su derecho a determinar qué constitución quiere y necesita, como acción de robustecimiento de la democracia.

Si no hacemos uso de ese mecanismo, dejamos abierta la ventana para que este ejercicio se limite a la instalación de algunos ajustes acomodaticios que se realicen entre cuatro paredes por los mismos de siempre, de espaldas a la gente y con las trampas y letra chica a las que el gobierno nos tiene ya habituados.

Para evitar ese rumbo, indeseable pero no imposible, contamos en la actual legislación con el mecanismo de llamado a Asamblea. Primero, debe aprobarse la ley que habilita la creación de la Asamblea, que tiene como propósito exclusivo la redacción de un nuevo cuerpo constitucional. Luego, a través de elecciones, la ciudadanía debe elegir a los miembros que la compondrán, tras lo cual ésta se instalará para discutir y aprobar el nuevo reglamento. Finalmente, el texto constitucional que emerja será sometido a un plebiscito nacional, donde puede ser aprobado o rechazado por la ciudadanía.

Estamos en una coyuntura histórica que ha abierto como nunca el camino hacia la Nueva Constitución, pues desde la dictadura que existe esta demanda, que en 40 años ha trascendido por lejos el círculo de especialistas jurídicos para transformarse en una necesidad reconocida horizontalmente por nuestra sociedad. Este camino permite organizar el proceso constituyente desde la ciudadanía y ejercer el poder desde la base de la pirámide social.

Para esto, debemos trabajar arduamente, estudiar los engranajes disponibles en el mecanismo e incorporarlos en nuestras conversaciones cotidianas. Es la forma que tenemos para capitalizar el momento histórico y hacer entre todos el Chile que necesitamos, porque hoy por hoy sólo en el movimiento social está la posibilidad de tensionar y exigir un cambio profundo en el modelo y así llegar a una forma de vivir digna, que valga la pena.

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